Nunca me
gustó el barrio en donde vivo, es una zona muy popular de la ciudad llena de
delincuentes y malandrines, nací y crecí en ese barrio, lleno de drogas y
vicios. A pesar de eso mis padres se esforzaron por darme una buena educación y
buenos valores, yo a mis 23 años ya me había graduado de la universidad,
trabajaba y me ganaba mi propio dinero. En cambio, mi vecino Omar, de al lado, siempre había sido buena persona, pero últimamente andaba de vago, ya no
trabajaba y yo estaba seguro de que se drogaba. Siempre le hablé bien, de
hecho, me gustaba, siempre me han llamado la atención los hombres con tatuajes,
y él tenía muchísimos, era el típico chacal, que a pesar de no ser guapo tiene
algo que atrae. Me ponía nervioso estar cerca de él, de verdad me gustaba,
aunque sabía que al no le gustaban los hombres.
Era un poco mayor que yo como de 28 años, alto, delgado, moreno, de barba, muy varonil, aunque muy maleducado, siempre les chiflaba a las mujeres que pasaban mientras estaba tomando y fumando afuera de su casa con sus amigos. Yo era un poco más bajito, también delgado y moreno, completamente lampiño, y de buen cuerpo, sobre todo las nalgas, ya que me mataba en el gym haciendo gluteo, era mi atractivo con mis parejas.
Era un poco mayor que yo como de 28 años, alto, delgado, moreno, de barba, muy varonil, aunque muy maleducado, siempre les chiflaba a las mujeres que pasaban mientras estaba tomando y fumando afuera de su casa con sus amigos. Yo era un poco más bajito, también delgado y moreno, completamente lampiño, y de buen cuerpo, sobre todo las nalgas, ya que me mataba en el gym haciendo gluteo, era mi atractivo con mis parejas.
Omar tenía
la costumbre de pedirme dinero, no mucho, pero me pedía prestado para sus
cigarros o para una cerveza, dinero que nunca regresaba. En una ocasión llegué
con un amigo que al igual que yo es gay, Omar se acercó a nosotros y me pidió
prestado algo de dinero, no se lo pude negar y se los presté. Cuando entramos a
mi casa mi amigo me cuestionó.
- ¿Por que le
prestas dinero? ¿A poco si te los paga?
-La verdad
no, seguido le presto y nunca me los paga, pero siento feo porque lo conozco
desde niño, y no me puedo negar a prestarle
-Pues está
bien rico el cabrón ese eh, deberías decirle que te pague con cuerpo jeje
-¡Cómo
crees! a él no le gustan los hombres
-Ay amigo,
esos chavos por dinero hacen lo que sea, la neta yo si le pagaba por darle unas
chupadas, está riquísimo el cabrón
Mi amigo se
fue y yo me quedé pensando en Omar y en lo que me había dicho mi amigo, la
verdad si me animaría a pagarle para me dejara chuparle la verga. A los días
mis papas salieron de viaje para visitar a unos tíos, yo por mi trabajo no los pude
acompañar así que me quedé solo en casa. Esa primer noche llegué de mi trabajo y Omar estaba ahí afuera de su casa como siempre con sus amigos, tenían música
y estaban tomando, yo estaba por irme a acostar cuando escuché que sus amigos
se fueron, a los pocos minutos alguien tocó a mi puerta, salí a abrir y vi que
era Omar.
-Hola Omar ¿Cómo estás?
-Medio pedo
wey, te quería pedir un favor, ya se que te debo un chingo y siempre me
prestas, neta que te los voy a pagar, pero no tendrás que me prestes $50 para una
caguama, ya nomás esto y en cuanto pueda te pago todo
-Ay Omar,
siempre me dices eso, nunca me pagas
-Neta
vecino, ahora si te los pago en cuanto pueda
En ese
momento una idea pasó por mi mente, mi casa estaba sola, era la oportunidad
perfecta para pasar a Omar y cobrarle algo a cambio. Le pedí que se pasara y
una vez adentro de la casa le dije:
- ¿Oye Omar y
no te interesa mejor ganarte una lana?
-Simóm wey, ¿qué hay que hacer?
-Es algo
bien fácil y rápido, si me dejas chuparte la verga te doy $200
-Ah cabrón,
entonces si es cierto lo que dicen, que te gusta la verga
-No
cualquier verga Omar, me gustaría probar tu verga, tú nomas cierra los ojos y
yo me encargo de todo. ¿Qué dices?
-Va wey,
simón, le entro
Omar estaba
entusiasmado, y yo la verdad lo estaba más, lo pasé a la sala de mi casa, me
puse de rodillas y comencé a desabrocharle el cinto y el pantalón, traía un
boxer largo, se lo bajé lentamente. Mientras lo hacia sus pelos púbicos iban
quedando al descubierto, moría de curiosidad por conocer esa verga, siempre me
había esforzado por verle el paquete, pero debido a que usaba pantalones muy
flojos nunca lo había logrado. En cuanto le saque la verga, mi corazón se
aceleró y mi verga se puso dura, era una verga delgada sin la circuncisión, se
la pelé para metérmela a la boca. Era lógico que no se había bañado, en cuanto
me acerqué pude sentir ese olor fuerte a verga de macho, la metí a mi boca y
comencé a chupar. Al parecer a Omar le gustó porque respondió con un gemido y
su verga se comenzó a parar de inmediato, entre más la chupaba más se paraba,
cada vez me costaba más comérmela completa, no era muy gruesa pero si larga,
media unos 23 cm, estaba deliciosa, me metí la mano a mi verga para jalármela,
volteaba los ojos hacia arriba para verlo, el también me veía disfrutándolo, me
sorprendí cuando me dijo
-¿Quieres
que te la meta?
-Si Omar,
me encantaría. ¿Si te animas?
-Si me das
unos $500 te la meto wey, todo el rato que tú quieras
-Simon wey
si te los doy, si quiero que me la metas
Estaba tan
caliente que en ese momento no me importaba lo que me hubiera cobrado, pero
para mi $500 pesos no era nada comparado con las ganas que tenia por sentir su
verga de macho hetero.
-¿Ya la
quieres?
-Si wey, ya
de una vez
-Acomódate
pues, tú dime cómo la quieres
Estábamos
en la sala de mi casa, no quise perder más tiempo, mi culo quería esa verga ya,
estaba desesperado, me baje los pantalones y me puse de perrito en el sillón, él se acomodó detrás de mí y apuntando su verga húmeda en la entrada de mi culo la empujó de golpe, se fue hasta el fondo, ni siquiera me
avisó, no me puso ni saliva, solo la que traía su verga por mis chupadas. No se
quitó la ropa, ni yo, solo traíamos el el calzón abajo
-Ayyyyyy Omar
no mamés, queeeee ricoooooooo
El la sacó
y la volvió a empujar hasta el fondo
-Esperate
Omar despasito no mames
-Nel cabrón
así cojo yo
Y me la
volvió a empujar, yo me retorcía de placer, mi culo poco a poco se
acostumbraba, su verga me pegaba hasta el fondo, él la comenzó a meter y a
sacar de una manera cada vez más intensa, sus embestidas me lastimaban porque
en verdad era una verga larga, pero mi culo se la tragaba y aguantaba al
macho que lo estaba montando, era mi fantasía cumplida, cogerme al chacal de mi
vecino. El me tomó del cabello y me jaló hacia atrás, yo valientemente paré el
culo arqueando mi espalda para que la metiera por completo. Sentía sus piquetes
en mi interior taladrándome y sus pelos pegando en mis nalgas, al tiempo que
sus huevos que colgaban se estrellaban contra mí
-Vas a ver
la cogidota que te voy a dar, para que repitas
-Si Omar
cógeme como te coges a tus morras
-Ya dijiste
cabrón
Me puso de
perrito en el suelo y se me montaba, me cogía con una fuerza que jamás nadie me
había cogido, había momentos en que me quitaba porque sentía que me iba a
perforar por dentro, nunca me habían metido una verga tan larga, pero él me acomodaba y me volvía a ensartar de golpe para
seguir bombeándome. Así como estábamos me recostó sobre el tapete de la sala y
me quitó los pantalones por completo, el también se los quitó y me metió su
boxer a la boca, me lo quería comer, olía a él, a su verga.
Levantó mis piernas llevando mis pies hasta mis orejas, no creí que tenía tanta flexibilidad, él se me montó sobre mí, empujando su verga, a pesar de que no le atinó, resbaló inmediatamente hacia mi culo, clavándola nuevamente hasta el fondo e inmediatamente comenzó a cogerme nuevamente, yo mordía su boxer mientras ponía mis ojos en blanco, me estaba dando una verguiza literalmente, comenzó a pujar y hacer sonidos fuertes, y de pronto me dejó la verga en el fondo sentí como se venía, así se quedo con la verga adentro, soltando varios chorros, yo sentía como su verga escupía y me llenaba de mecos, se esperó unos segundos más y me la sacó. Yo aun no me venia, estaba apunto pero en eso el me dijo
Levantó mis piernas llevando mis pies hasta mis orejas, no creí que tenía tanta flexibilidad, él se me montó sobre mí, empujando su verga, a pesar de que no le atinó, resbaló inmediatamente hacia mi culo, clavándola nuevamente hasta el fondo e inmediatamente comenzó a cogerme nuevamente, yo mordía su boxer mientras ponía mis ojos en blanco, me estaba dando una verguiza literalmente, comenzó a pujar y hacer sonidos fuertes, y de pronto me dejó la verga en el fondo sentí como se venía, así se quedo con la verga adentro, soltando varios chorros, yo sentía como su verga escupía y me llenaba de mecos, se esperó unos segundos más y me la sacó. Yo aun no me venia, estaba apunto pero en eso el me dijo
-Ya acabé el primero, ahí te va el segundo, quítate la camisa y párate
No lo podía
creer, mi culo estaba completamente dilatado, me dolía y sus mocos espesos me escurrían. Pensé que había terminado pero
no, el quería más. Me puse de pie al igual que él y nos quedamos desnudos
completamente. Vi su pecho y sus brazos llenos de tatuajes, y su verga larga y
parada. Puso mis manos al rededor de su cuello y me pidió que me agarra bien,
después me tomó de las nalgas y me levantó, a pesar de ser delgado tenia mucha
fuerza, me cargó hasta que me montó sobre su verga, enterrandomela mientras
con sus manos me levantaba hacia arriba y hacia abajo, mi cara quedó a la
altura de la suya, sudábamos y él se apretaba los labios, me acerqué a él, moría
por besarlo, pero cuando estuve cerca no me animé, no sabía como podía
reaccionar, el lo notó y se me dejó ir a la boca besándome, yo le correspondí
y nos dimos un beso apasionado, metie su lengua húmeda en mi boca mientras su pitote me rellenaba el culo. Este cabrón
si que sabía coger, besarlo y estar así en esa posición me prendió mucho, le
dije que me iba a venir, él me llevo hasta uno de los sofás y me tumbó sobre
el, me abrió las piernas tomando cada una con una mano, las abrió lo mas que
pudo y se agachó un poco para volver a metérmela. Me tenía completamente
abierto, yo comencé a jalármela, ya no aguantaba, el sonido de su verga
resbalando por mi culo batiéndome sus propios mecos, hizo que comenzara a
explotar, solté chorros de mecos llenándome el abdome. El me la sacó y
apuntando a mi cara se la comenzó a jalar, inmediatamente comenzaron a salir sus
mecos, tenía unos huevotes y podía entender en donde guardaba tanta leche, me
llenó toda la cara, los que caían en mis labios me los comía, probando su
delicioso néctar, mi culo parecía una panocha, abierto y dilatado, una vez que
terminó, se sentó a un lado de mí agotado. Me fui a la cocina y saque un par de
cervezas, nos las tomamos y después nos
vestimos. Le pagué lo que habíamos acordado pero antes de irse me dijo, que la
próxima iba por su cuenta.