domingo, 11 de agosto de 2019

LA CUENTA DE NETFLIX


Mi tío Arturo había pasado un momento muy difícil, después de muchos años de matrimonio su esposa lo había dejado para irse con otro. Sus dos hijos ya no vivían con él pues ya habían formado sus propias familias, por lo que mi tío se había quedado solo. Era un hombre de 50 años al que le gustaba mucho salir a correr lo que lo mantenía en muy buena condición, a pesar de que su cabello y su bigote se había pintado con algunas canas, se seguía conservando muy bien. Había tratado de seguir con su vida, sin embargo, a dos años de que su esposa se fue no se había vuelto a juntar con otra mujer.

En una ocasión que estábamos en una reunión familiar, salió el tema de la tecnología y de las películas de Netflix, mi tío me dijo que había comprado una televisión nueva, pero que la verdad no sabía ni como conectarle el internet ni abrir Netflix. Yo le explique cómo lo podía hacer, pero a mi tío se le hacia muy complicado por lo que me pidió que si podía ir al día siguiente a su casa para ayudarlo con eso. Así que al siguiente día como había quedado fui a su casa para apoyarlo con eso. La televisión estaba en su recamara, nos dirigimos allá. Después de un rato conecté la televisión a internet, le cree la cuenta de Netflix y abrí la aplicación para mostrarle como buscar películas.

- ¿Oye hijo y aquí no se pueden ver películas porno?
-No tío de esas no hay, pero hay otra aplicación en donde se puede, mire, deje le digo cómo

Abrí la aplicación del explorador y le explique como entrar a paginas porno, le puse un vídeo para mostrarle como se veía.

-Ay cabrón, se ve bien clarito, mira nomas, ahora si me voy a dar vuelo jeje, tu sabes hijo uno que esta solo y viejo ya no nos queda de otra.
-¿Apoco ya no ha estado con nadie tío? Todavía esta joven se debería buscar a alguien
-No hijo para mi ya no es tan fácil, pero así mira ya con esto, en las noches me echo mi peliculita porno antes de dormir y bien a gusto. Pero sabes qué hijo, mejor ya quítala, porque como que me estoy poniendo medio caliente y no vaya ser que se me olvide que eres mi sobrino.

Me dijo como en tono de broma con una pequeña risa, pero mientras lo decía pude ver como se agarraba la verga.

-¿Por qué lo dice tío?

Le pregunté sin entender del todo a lo que se refería.

-Porque ya caliente hijo y así como ando de necesitado ya no le hago el feo a nadie, ahora si que como dicen, siendo hoyo.
- ¿En serio?
-¡Uy hijo! De verdad que nomás porque eres mi sobrino, si no ahorita ya no te dejaba ir, te bajaba los calzones y te ponía así como tienen a esa vieja ahí en la película
-Ah que no se anima

Le dije como retándolo, la tensión entre los dos se estaba haciendo más grande, yo era un cabrón caliente que a mis 20 años ya había cogido con varios, aunque nunca con un hombre maduro y menos un tío, ver como se sobaba la entrepierna, y la película también a mi me estaba poniendo caliente, pero no podía creer lo que me estaba diciendo, no sé si por la misma calentura, pero lo estaba retando, quería llevarlo al limite para ver si era cierto.

-Estoy hablando en serio eh ¿No me crees?

Y se agarró la verga para mostrarme como la traía de parada. Mientras se fue acercando lentamente a mi. Yo no me moví, lo veía a los ojos, retándolo, mi corazón palpitaba rápido, cuando estuvo casi pegado a mi, de frente, me pasó las manos por detrás y tomándome de las nalgas me empujó hacia él, pegándome a su cuerpo su cuerpo. Nuestra respiración se aceleraba, el comenzó a apretarme las nalgas.

-Que ricas nalguitas hijo ¿Si me las vas a prestar?
-¿Las quiere?
-Claros que las quiero, no ves como traigo la verga, desde que se fue tu tía no la he vuelto a meter ¿Ya te han cogido antes verdad?
-La verdad, si tío.
-Si sospechaba que eras puto, pero no estaba seguro, de haber sabido que te animabas a coger conmigo desde cuanto te habría ensartado. Soy medio rudo para coger eh.
-Cójame como usted quiera tío, hágame se puta.
-¿Ah Si? ¿Te gusta ser una puta? A ver si es cierto

Y sin esperarmelo me escupió, me tomó fuertemente del cabello y comenzó a pasarme su lengua por toda la cara mientras me decía:

- Te advierto que soy bien puerco ¿Por que crees que me dejo tu tía? Porque a ella no le gustaba eso, yo me pongo como un toro en celo, pero si eso quieres así te voy a tratar, como una perrita.

Y mientras, jalándome fuertemente del pelo, me puso de rodillas, me dio una bofetada para después comenzar a quitarse el cinto de un solo jalón, me acercó hacía él pidiéndome que le desabotonara el pantalón y que le sacara la verga, así lo hice, no era una verga grande pero si algo gruesa y curvada hacia arriba, blanca como tu su piel, llena de unos bellos chinos completamente negros que contrastaban con lo blanco que era, la cabeza de su verga era gorda y brillosa,  tenia un camino de pelos negros mezclados con canas hacia el abdomen que terminaba en el ombligo.
La analice un momento y él con el cinturón tras mi cuello lo acerco a mí.

- ¡Trágatela perrita, cómetela toda!

Comencé a chupar con la experiencia que tenía, metiéndome su verga hasta el fondo, la metía y la sacaba, chupaba su glande y lo escupía, pasaba la punta de mi lengua por la punta de su verga, que sabia un poco a suciedad ya que al parecer no se había bañado aún, pero me encantaba ese olor, mezclado con el olor a sudor y a verga, de sus ingles por las cuales también pasaba mi lengua, con sus manos en mi cabello me dirigía hacia donde quería que yo fuera, hacia sus bolas y nuevamente a su verga. Después así de rodillas me quitó la camisa y luego se la quitó él, se quitó los zapatos, el pantalón y los calzones quedando completamente desnudo, luego me levanto del cabello y salvajemente comenzó a desvestirme, yo me quedé de pie, inmóvil, apenas ayudándole levantando mis piernas para que saliera el pantalón, se volvió a a pegar a mi, su verga pegaba en mi abdomen ya que yo era de estatura más baja y nuevamente me apretó las nalgas, se sentó en el borde de la cama y me dio la vuelta para que mis nalgas quedaran casi a la altura de su cara, de pronto me dio una fuerte nalgada, yo solo exclame un poco ya que él me lo había advertido y yo le había pedido que quería que me tratara como puta, me excitaba demasiado. Luego otra nalgada mas fuerte y luego otra, en una y en otra nalga, frente a la cama estaba un mueble en donde estaba la televisión, me inclinó y me recargué en el mueble apuntando mis nalgas hacia su cara, así, él sentado sobre la cama y yo con mis nalgas rojas casi sangrantes de tantos golpes las abrió para comenzar a chuparme el culo, lo comía con una pasión desesperada, lo mordía y escupía, metía su lengua y movía la cabeza hacia todas direcciones como quien se esta comiendo un manjar, me pedía que pujara para que mi culo se abriera y luego lo mordía, y lo volvía a lamer. De pronto en esa misma posición se puso de pie y empujó su verga, que por lo lubricado de mi culo, permitió que entrara casi toda, después dio otro empujón y sentí como sus pelos pegaron en mis nalgas, tenía toda su verga gorda adentro. Yo parecía una perra en brama, ya me habían cogido antes, pero esto me generaba mucho morbo, sentir el calor de verga húmeda de mi tío, taladrando mi culo me estaba volviendo loco.

Comenzó a embestirme sin piedad, duro como me había advertido, su verga entraba y salia sin compasión en mi culo, yo me encorvaba ofreciéndome completamente a él, me sentía una puta, estaba cumpliendo mi mayor fantasía. Me sacó la vega y tomándome nuevamente del cabello, me aventó a la cama con fuerza, para después levantarme las piernas y  así, él sobre mi en la cama, me enterró su verga caliente hasta el fondo nuevamente, hasta lo mas profundo de mi ser. Sudamos muchísimo y nos entregamos completamente al deseo, me puso de todas las posiciones, boca abajo, de perrito, montado sobre él, me ardía el culo de la cogida que me estaba dando,  pero el parecía no llenarse, me besaba y me mordía los labios, me mordía los pezones y los besaba, me levantaba los pies y con su verga enterrada en mi culo los llevaba a su boca y los lamia, sentía su lengua humada y el calor de su boca entre mis dedos, gritaba haciendo sonidos de macho, jamás imaginé que mi tío sería todo un depravado sexual.

Lo que hizo después fue más allá de cualquier cosa que pudiera imaginar, saco de un cajón un calzón de mujer, de encaje rojo, muy pequeño, al parecer era de mi tía, me ordenó que me lo pusiera y así lo hice, me quedaba a la perfección, me pidió que modelara para el mientras él recostado en la cama con las piernas abiertas y la verga completamente erecta se masturbaba.

-Se te ve más bonito que a mi vieja , tienes el culito más paradito y más tiernito, debiste de haber sido vieja

Me decía eso mientras se la jalaba, después me pidió que me pusiera de espaldas y me recargara en la pared, sentí cómo se bajó de la cama para colocarse por detrás de mí, me acarició las nalgas por encima del calzón y después me lo bajó, no todo, solo lo suficiente para dejar mis nalgas al descubierto, se pegó por detrás de mi, y nuevamente de golpe me empujó con su cuerpo contra la pared mientras por detrás clavaba su verga en mi culo, yo estaba de puntas, para poder levantar mi culo y entregarme a mi tío, no tenía manera de escapar, mis manos pegaban a la pared y él me tomaba de la cintura para clavarme aún mas intensamente que antes, sus movimientos eras salvajes, se escuchaba el golpe de su cuerpo contra el mio, como pegaba en mis nalgas una y otra vez, yo sentía que el culo me ardía, sentía su verga gorda y encorvada clavándome, metiéndose dentro de mí, hasta que ya no pude más, no entendía de donde sacaba la energía y la fuerza, de pronto dio una embestida fuerte y se quedo unos segundos así, a pesar de lo dilatado de mi ano  pude sentir como se venía, por lo caliente de su semen y la gran cantidad que expulsaba, luego otra embestida y otro chorro de mecos, y así una ultima. Mientras su verga en mi interior seguía eyaculando se pegó a mi oído y me lo mordió, escuchaba como sus gemidos se coordinaban con sus convulsiones, después de unos minutos se salió de mi y sentí como sus mecos se salían escurriendo entre mis piernas.

Mi tío era un pervertido, quizá había visto demasiado porno, quizá había engañado a mi tía o ella misma no le había aguantado el ritmo

-Si que aguantas cabrón, ahora si que sudé, uffff, nunca había durado tanto ¡Qué rico me vine! ¿Tú te viniste?
-No, pero no se preocupe tío, estoy bien
-Estás bien dilatadito cabrón, ya se como voy a hacer que te vengas, acuéstate en la cama y ponte boca arriba
-¿Para qué?
-Tú no preguntes, obedéceme

Y así lo hice, el se acercó nuevamente a mi, su verga ya no estaba erecta, así que no entendía, me levantó los pies y me pidió que me los detuviera con mis propias manos. Comenzó a sobarme el culo, que estaba completamente dilatado y lubricado, por la mezcla de su saliva, su verga y sus mecos.

Después me metió un dedo, que entró sin ningún esfuerzo, luego dos y tres, cuando metió cuatro, sentí un poco de presión pero él no cedió, después juntó los cinco dedos y los metió, sabia lo que estaba intentando hacer, me dio un poco de miedo pero estaba dispuesto a hacerlo, mi verga comenzó a pararse otra vez y él lo noto, comenzó a meter y a sacar su mano, que no lograba entrar más allá de los nudillos de sus dedos, pero sabía lo que hacia, así que de pronto en una de las veces, metió con más fuerza y mi culo se abrió completamente dejando que entrara su puño completo.

-Ahhhhhhhhhhhhh, noooooooo!

No pude evitar gritar, tenía unas manos grandes, y me había metido su puño completo en el culo, por lo que el dolor fue demasiado fuerte, sin embargo, la mezcla entre dolor, placer y morbo provocó que comenzara a venirme a chorros, tanta excitación hizo que no sintiera mas dolor y el aprovechó para meterme su puño una y otra vez, yo lanzaba chorros y chorros de semen, cuando terminé de venirme no soporte más su puño, él me saco la mano poco a poco, dejando mi ano casi abierto a punto de salirse, me levantó de la cama y me llevó al baño al área de la regadera, me puso de rodillas y comenzó a orinarme, nunca pensé que algo así me podría excitar, pero sentir sus orines calientes recorres mi cuerpo mientras subía su pie a mi hombro como un perro marcando su territorio hizo que ese fuera el mejor día de mi vida. Me sentí humillado pero lleno de placer, cuando terminó de orinarme, suspiro profundo y nuevamente volvió a ser el.

-Estuvo bueno ¿No crees hijo?
-¡Sí, me encantó!
-Pensé que te me ibas a rajar y que no me ibas a aguantar el ritmo, la verdad es que me desconozco, es como si estuviera poseído
-Si hubo momentos que me asusté, pero disfruté mucho todo
-Cuando quieras aquí estoy pa complacerte

Abrió la regadera y nos dimos un baño, después me cambie y me fui a mi casa como si nada hubiera pasado, como si solo hubiera ido a instalarle una cuenta de Netflix.


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