lunes, 2 de septiembre de 2019

EL RANCHERO DEL PUEBLO

En una ocasión, decidí ir con mis amigos a la fiesta de un pueblo cercano, un poco más grande que el pueblo donde yo vivía, planeamos ir a tomar y a pasarla bien. Los roles de genero en esas zonas del país están muy marcados, desde las actividades que realizan los hombres y las mujeres hasta la manera de vestir, además, el machismo es algo muy común.

Yo, un chavo de 25 años, de estatura promedio y cuerpo bien trabajado en el campo, sabía desde muy niño que era diferente al resto de mis amigos, a mí no emocionaba como a ellos ir a buscar muchachas, cortejarlas, llevarles flores y serenatas, a mí me gustaban ellos, me gustaban los hombres, pero eso en mi pueblo era impensable, los únicos gays que había, o que lo hacían público, eran objeto de burla y discriminación, yo no quería eso para mí, así que fingía que era un mujeriego.

Además me quedaba bien, ya que siempre fui muy varonil, vestía de sombrero y botas como todos los hombres de ahí. Mis amigos y mi familia siempre me preguntaban que cuándo me iba a casar, yo había tenido novias, pero nunca sexo con ellas.

Estando ahí, y al calor del ambiente y de los tragos, mis amigos y yo conocimos a unas mujeres, platicábamos con ellas, cada quién con una, cortejándola a su manera, de pronto, se acercó un joven mas o menos de mi edad, de piel blanca y barba intensamente negra, llevaba botas y sombrero como todos los hombres del pueblo y dirigiéndose a la dama  con la que yo hablaba, le ordenó que ya se fuera para su casa, que su papá la estaba buscando, mis amigos, metidos en su romance ni se percataron, después de que ella se fue, se acercó a mi y en tono retador me dijo:

-¿Y tú qué plan traes con mi hermana?
-Nada en especial compa, solo estábamos platicando, ¿Tiene algo de malo?
-Pos sí fíjate, yo no voy a dejar cualquier pelado venga a endulzarle el oído
-Yo no soy ningún pelado, te repito, estábamos platicando, nos estamos conociendo
-¿Ah si? ¿Y tú de dónde conoces a mi hermana?
-La conocí hace un momento, yo vengo con mis amigos y ella estaba con sus amigas
-Pos nomas te advierto, no quiero que le vayas a salir con una pendejada
-Tranquilo viejo, relájate, yo no tengo malas intenciones con ella, de verdad, te lo aseguro
-Eso dicen todos cabrón, pero después salen con sus juegos, yo se cómo es este pedo
-Está bien, si así lo quieres no me vuelvo a acercar a ella, listo, no hay problema, no pasa nada
-Sabes que carnal, discúlpame, la verdad me alteré un poco, soy muy celoso con ella, pero no debí portarme así
-No te preocupes, no pasa nada
-Jeje, ya te dejé sin ligue, y lo peor es que yo ando igual, ¿Vamos por una chela?, te la invito, a ver que nos encontramos por ahí, por cierto, me llamo Manual
-Que tal Manuel, mucho gusto, yo soy Adrian

Nos estrechamos la mano y nos fuimos por ahí a buscar una cerveza, mientras nos la tomábamos, comenzamos a caminar entre la gente, ni siquiera le avisé a mis amigos, platicamos de muchas cosas, no se si por el efecto del alcohol, pero lo veía mas guapo con cada segundo que pasaba, me moría de ganas de que me abrazara y me besara, de tocar su pecho peludo y acariciarlo, nunca había estado con un hombre, pero si un día llegaba a estar con uno, quería que fuera con alguien como él. La estábamos pasando mu bien, bromeábamos y reíamos.

-Si te gusta mi hermana no hay bronca, te doy chance, nomas ya sabes, nada de jueguitos con ella
-No, de verdad no me gusta, no eran esas mis intenciones
-Qué te pasa cabrón, si esta re chula mi carnala, ¿Cómo que no te gusta?
-No es que no me guste, es hermosa, pero no puedo, no me hagas caso, no quiero hablar de más
-No te entiendo cabrón, ¿Qué no te gustan las viejas o qué?
-Sí, claro que me gustan pero, simplemente no se que pedo conmigo
-¿Ya has estado con alguna?
-No, nunca
-¿Y con un wey?
-No, menos, ¡Cómo crees!
-Pues deberías probar las dos cosas cabrón, para que sepas bien que te gusta, menos con mi hermana ¡eh!
-¿Tú ya probaste de las dos?
-La neta si wey, viejas me he cogido un montón  me gustan, pero un día, en una peda, me quedé con un compa, hacía un chingo de frío y sin darme cuenta a mitad de la noche lo tenia bien abrazado por detrás, mi verga se puso dura, me moría de ganas de clavársela en el culo, pero era mi compa, no podía hacer eso, de pronto él se movió acercando sus nalgas a mi verga y las comenzó a mover, de ahí ya no me la pensé, le bajé el calzón y se la metí, me lo cogí delicioso hasta que me vacié en él. Es la única vez que he cogido con otro wey, pero nomas de acordarme se me vuelve a parar. Si te animas, te ayudo, para que se te quite la duda y sepas si de verdad te gusta o no.
-Orale qué fuerte, pero, ¿Tú me la meterías a mí o cómo?
-Si wey primero yo te cojo, ya después si un día me animo, igual y dejo que tú me la claves, también tengo ganas de probar
-Pero en dónde wey, necesita ser un lugar en el que nadie nos vea
-Tengo una idea, ven conmigo

Me llevó a su camioneta,  nos alejamos un poco del pueblo, era un camino de terracería oscuro, sólo, después de unos kilometros se orilló, abrió un falsete de madera y nos metimos a una huerta. Estando dentro, perdidos entre los árboles, apagó la camioneta, y casi completamente a oscuras, ahí en su asiento, se sacó la verga, de unos 18cm, no muy gruesa, ya la traía parada, me pidió que se la chupara, no sabía cómo hacerlo, pero me la llevé a la boca, parecía que tenia siglos deseando hacer eso, en cuanto la sentí en mis labios, comencé a chupar, estaba dura y caliente, deslice mis labios metiéndola hasta mi garganta, suavemente, él suspiró de placer, se la chupé un buen rato hasta que se cansó, me tomó de la barbilla y me plantó un beso, sabía a cerveza y mi boca sabia a su verga.

Se bajó de la camioneta y abrió la puerta del copiloto en donde yo estaba, me pidió que me acostara sobre el asiento, me bajó el pantalón y el calzón, y con sus manos levantó mis piernas dejando mi culo a su disposición, las acomodó en sus hombros, se escupió la mano y me llenó el culo de su saliva, sentir su mano en mi culo me dio un escalofrío, después comenzó a tallar su verga entre mis nalgas, pasándola por mi culo, mi verga se comenzó a parar de placer, tenía por fin la verga de un macho a punto de clavarme, sentía miedo pero estaba listo para ser cogido sin piedad, de pronto, sin avisar, me la clavó, de golpe su cabeza suave se metió entre mis nalgas. Su verga húmeda se deslizó por mi culo, rompiendo sus paredes a su paso, sentí una punzada intensa al tiempo que su verga iba clavándose hasta mi interior, no pude evitar lanzar un grito

-¡Ahhhhhhhhh no mames!
-¿Qué cabrón, te duele? ¿Eso querías no? Probar una verga, pues aquí la tienes.

Una vez adentro, comenzó a meterla y a sacarla, primero suave, y cada vez más rápido y más profundo. La sensación era indescriptible, tener su verga de macho y verlo ahí con su cara de borracho, y su sombrero me volvió loco, él me la clavaba sin piedad, hasta el fondo, rápido y con fuerza, su verga durísima me estaba rompiendo el culo en dos,  me dolía, pero yo me dejé violar el culo a su antojo. Sentía el calor se fierro quemando mi interior, mientras entraba y salía una y otra vez.

-Ven bájate de la camioneta, quítate el pantalón y los calzones

Me ordenó, y mientras yo lo hacía el sacó del asiento trasero una pequeña cobija que puso en el suelo

-Ponte a cuatro patas wey, de perrito

Me puse a cuatro patas parando mi culo para que me siguiera cogiendo, estaba loco de placer, esperando recibir nuevamente su verga cuando sentí sus labios en mi culo, su lengua comenzó a meterse en mi interior mientras sentía como su bigote raspaba mis nalgas, casi vi las estrellas, borracho por el alcohol y por el placer que estaba sintiendo, luego me volvió a dejar ir su verga, yo me agachaba para que mi culo se abriera completamente a él, quería hasta el ultimo centímetro de su carne.

Me la sacó y se tumbó en la cobija, boca arriba, con la verga parada, le quité su sombrero y le acaricié la cara, estabamos completamente borrachos, me le monté, y esta vez fui y solo el que se cogió, cabalgué sobre él como si fuera montado en un caballo, sentándome en su verga, chocando mis nalgas en sus huevos.

-No mamés cabrón, esto si es coger, con ninguna vieja había disfrutado así

Me decía, agradeciendo la cogida de verga que le estaba dando con el culo. Comencé a desabrocharle la camisa, para acariciar su pecho de macho, el hizo lo mismo con la mía, e incorporándose un poco comenzó a besarme los pezones, después se fue directo a mi boca, mientras yo seguía clavándome en su verga.

-Ahhhh qué rico amor, qué rico culito mio, ya me voy a venir, ya no aguantoooooo
-Vente, vente en mi culo, lléname con tus mecos wey, lléname de tu leche
-Ahhhhhhhhhhhhhhhhh

Comencé a sentir como su leche salía disparada de su verga hasta mi interior, eso hizo que yo también comenzara a venirme llenando su abdomen peludo con mis mecos, fue un orgasmo intenso, mientras seguíamos besándonos, terminamos sudados, exhaustos, nos tumbamos sobre la cobija los dos.

-¿Qué wey, entonces qué? ¿Si te gustó la verga?
-La neta.... me encantó wey, coges bien rico, ya no me interesa calarle con las mujeres.
-Entonces qué onda, ¿Repetimos otro día?
-Cuando quieras compa, nomás para la otra me toca a mí. ¿O no me vas a dar a probar de tu culito?
-Simón wey, ya está, la otra te toca a ti.

Nos quedamos acostados, dormidos casi hasta el amanecer, después me llevó directamente a mi pueblo, nos pasamos el teléfono y de ahí comenzó la relación más chingona que jamás soñé.








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