viernes, 6 de septiembre de 2019

EN LA CÁRCEL POR ERROR

Eran las 3 de la mañana cuando salimos del bar, como cada fin de semana, me gustaba ir de fiesta con mis amigos. Mi departamento no quedaba lejos del lugar que habíamos elegido para esa ocasión, así que había optado por regresar caminando. Mis amigos insistieron en llevarme, pero decidí que quería caminar a pesar de traer varias copas encima.

Unas cuadras antes de llegar a mi casa, vi a una joven tirada en la banqueta, me acerqué para ver cómo estaba, lloraba, traía la ropa rasgada, al parecer acababan de abusar de ella. Intenté ayudarla, pero al tocarla comenzó a gritar y a llorar más fuerte, pero no podía dejarla así, no podía simplemente irme. En eso pasaron un par de jóvenes y al ver la escena se acercaron.

Inmediatamente me retiraron de ella, uno de ellos me golpeó dejándome casi inconsciente. Me retuvieron, yo apenas podía hablar de lo borracho que iba. Minutos más tarde la policía estaba ahí, la chica solo decía que yo había abusado de ella, pero eso no era cierto.

Esa noche terminé detenido, pensando que al día siguiente todo se aclararía, estaba tan borracho que lo único que quería era dormir. Al día siguiente, con la cruda encima y un fuerte dolor de cabeza desperté. Me dieron derecho a una llamada, que aproveché para comunicarme con un amigo que es abogado. Horas más tarde llegó, pensé que todo se había resuelto pero al parecer las cosas no estaban nada bien.

La joven a la que habían abusado era hija de una persona muy influyente en la ciudad, ella me estaba acusando, ya que cuando reaccionó, yo era el único que estaba ahí, al parecer su papá había exigido todo el peso de la ley en mi contra, había comprado al juez, incluso, había supuestos testigos que declararon haber presenciado como yo la había violado, ni siquiera tenía derecho a fianza. La corrupción había hecho de las suyas.

Ese mismo día me llevaron a prisión, no podía creer que en una noche mi vida había cambiado por haber estado en el momento equivocado. Mi amigo me prometió que haría todo lo posible por ayudarme, pero que lamentablemente tendría que estar por lo menos unos días en la prisión, en lo que las cosas se aclaraban y buscaba la manera de resolverlo. Apenas tenía 25 años, toda una vida por delante. ¿Qué iba a pasar si no salía nunca? ¿Qué pensaría mi familia de mi?.

Cuando llegué inmediatamente me desvistieron y me dieron el uniforme de la prisión, me cortaron el pelo y me quitaron todas las pertenencias, me tomaron fotos e hicieron todo el proceso, a excepción de mi declaración, ya que esa estaba hecha, la habían hecho por mí. Después me llevaron al área de celdas, para esto ya era casi de noche. El guardia que me llevaba en cuando entramos gritó a los cuatro vientos:

-Ya les cayó un violín, ya saben que hacer con él, nomas no me lo vayan a lastimar mucho, jajajaja.

Todos comenzaron a reírse y a hacer mucho ruido, yo iba pasando por las celdas escuchando gritos y burlas hacía mi, sentí muchísimo miedo. Cuando llegué a mi celda, estaba un hombre robusto, alto, lleno de tatuajes, se me quedó mirando fijamente, y después me dijo:

-¿Ya sabes lo que le pasa a los violadores que caen aquí?
-Es un error señor, yo no hice nada, yo sería incapaz, de verdad, es un error
-Eso dicen todos, jaja, pero por algo estás aquí, y más vale que te vayas alistando porque no te la van a perdonar

Más tarde, escuché que se abrieron las puertas de las celdas, las luces estaban apagadas, sólo había algo de iluminación en el pasillo, mi corazón latía muy rápido, todos comenzaron a gritar y a chiflar, y de pronto la entrada de mi celda se llenó de hombres. El que estaba en la celda conmigo tomó la palabra

-Pues ya saben cabrones, como cayo en la mía pues me toca primero a mí, ya después ahí se turna el que quiera

Todos observaban, él se bajó el pantalón dejando ver una verga gorda, cabezona, llena de pelos, me ordenó que se la chupara, supliqué pero me tomó del cabello y me pego a su verga, diciéndome:

-Si quieres salir vivo de aquí vas a tener que cooperar y hacer lo que te decimos, si no, no vas a amanecer, eso te pasa por caliente, por andar metiendo el pito en dónde no debes, orale cabrón a tragar verga.

Abrí mi boca y comencé a chupar suave, pero el comenzó a meterla hasta mi garganta, salvajemente, yo me intenté retirar, pero recibí un fuerte golpe, así que seguí tragando, después me ordenó que me pusiera en cuatro patas, con los calzones abajo, obedecí, llorando, muerto de miedo, sabia lo que seguía.

Escupió su verga y escupió mi culo, y sin piedad la fue clavando, mi culo tronó y yo exclamé un grito de dolor, era un dolor indescriptible pero a él no le importo, con fuerza empujó para que su verga se clavara más, sentía como iba rompiendo mi interior con cada centímetro de su verga gorda y caliente, era la sensación más extraña, la sacó un poco, sentí muchísimo alivio, pero sabía que no pararía ahí, volvió a escupir y  luego volvió a acomodar su verga, cuando empujó nuevamente, entró mas fácil, me tomó de la cintura y con toda su fuerza dejó caer su peso sobre mí, clavándome su trozo de carne hasta el interior, sentí que me desmallaba, pero eso era solo el principio.

Su verga comenzó a entrar y salir, clavándose hasta el interior de mis entrañas, yo gritaba de dolor pedía ayuda pero nadie me iba a ayudar.

-Así te violaste a la morrita cabrón, así le metiste la verga a la fuerza pues ahora te aguantas, para que veas lo que se siente, tome puto, tráguese la verga

Dio un par de embestidas más y sentí como se comenzó a vaciar en mi interior, se retiró, mi culo se quería salir, me palpitaba, mientras los mecos que me dejó adentro se salían.

-¡Orale cabrones! el que sigue

Se puso por detrás de mí otro hombre, completamente pelón pero muy peludo, tenia la verga igual de gorda que el anterior, pero mas larga, me la metió de golpe, hasta el fondo, instintivamente me retiré, no soporte el dolor.

-Aaaaaay yaaaaa, por favoooooor, por favor, yaaaaa, se los suplico, yaaaaaaa

Todos se reían, mientras yo me retorcía de dolor en el suelo, llevándome una mano al culo como para protegerme. El hombre en turno era fuerte, me volvió a poner en cuatro y tomándome de la cintura me levantó el culo para que quedara a su disposición, con su mano presiono mi espalda hacia el suelo, haciendo que mi culo quedara completamente empinado, se puso en cuclillas y nuevamente me clavó su verga, que se fue sin piedad hasta lo mas profundo de mi ser, el grito que solté fue tan fuerte, que otro de los reclusos se metió a la celda con una camiseta, la pasó por mi boca dejándome amordazado para que no gritara más.

Esa verga me estaba matando, sentía el culo lleno, el dolor no paraba, mis ojos estaban completamente llenos de lagrimas pero a ellos no les importaba, con cada embestida un fuerte dolor se apoderaba de mí.

Uno a uno fueron pasando, vergas de diferentes tamaños, unos se vaciaban en mi culo, otros en mis nalgas, no se cuántos fueron, perdí la cuenta cuando iban diez, pero al último de ellos jamás lo podre olvidar.

Le decían el monstruo, por lo que pude escuchar, y después de eso entendí por qué. Era un hombre grande, de manos gruesas, completamente peludo de todas partes, para esto muchos ya se habían retirado, al él lo dejaron al último y en cuanto lo vi, entendí por qué.

Su verga era un monstruo, enorme, como de 25 cm, gruesa y llena de venas, tenía que sostenerla con su mano por lo pesada que estaba. Me va a matar pensé, es imposible que mi culo aguante eso, me voy a morir. Comencé a llorar moviendo mi cabeza diciéndole que no, no podía hablar por la mordaza, pero como pude me puse de pie, vi como de mis piernas escurrían hilos de semen mezclados con sangre, el culo me ardía, pero él había estado esperando paciente su turno, no me iba a dejar ir así de fácil.

-Voltéate cabrón, a mi no me vas a convencer con tu llanto, ando que trueno, aquí es la única oportunidad que tenemos de saciarnos, llevo meses sin coger, así que voltéate si no quieres que de la putiza te deje inconsciente. ¡Orale cabrón volteese!

Así, de pie como estaba, me volteó y me pegó a la pared, y acomodándose detrás de mí, apuntó su verga, mi culo estaba roto y completamente abierto, hubo vergas que ya ni sentí, pero cuando ese monstruo comenzó a deslizarse hacia mi interior, sentí que moriría, su verga se fue abriendo paso poco a poco mientras el lamia mi oído y bramaba de pacer

-Eeeeeeesooooooooo, asíiiii, cometela puto, cometela toda

Cuando tuve media verga adentro se detuvo un momento, podía sentir como su verga palpitaba, como la sangre recorría las venas que irrigaban tremendo animal, después de unos segundos la sacó un poco y de golpe la dejo ir, con fuerza hasta el fondo. Todo se puso negro, mi visión se borró y un lamento salio desde lo profundo de mis entrañas pero se ahogo en mi boca, sin piedad comenzó a embestirme salvajemente. Yo apenas media 1.70, así que cuando el se levantaba me levantaba en peso con la verga adentro rompiendo todo en mi interior, sentí como mi culo no pudo contener más, sentía que me hacia del baño, y al parecer sucedió pero eso no importó, su verga seguía escarbando hasta lo más profundo taladrándome sin piedad.

Lo hacía con fuerza, vuelto loco de placer. Sus pelos pegaban en mis nalgas, y nuestros cuerpos estaban llenos de sudor, ya no tenía fuerza para mantenerme en pie, se retiró de mi y yo me dejé caer al suelo, casi inconsciente, me tumbó boca arriba y me quitó el pantalón y los zapatos, abriéndome las piernas por completo se acomodo entre ellas, llevándolas a sus hombros, y apuntando su enorme verga la clavo nuevamente, sus embestidas llegaron, si eso era posible aun más profundas, pero ya no había voluntad en mí, ya no gritaba, ya no me lamentaba.

Recuerdo que sentí su descarga de leche, y sus gritos de placer mientras se vaciaba, se retiró y me dejó ahí tirado, me intenté poner de pie, del culo me salían litros de mecos de todos los que me habían violado, mezclados entre sí con sangre y excremento, escurriendo por mis piernas. Me desvanecí por completo y no supe de mí.

Al día siguiente desperté en la enfermería, me habían tenido que dar un par de puntos y estaba en reposo ya que había sufrido diferentes desgarres.

Estuve ahí unos días, no me dejaron ver a nadie hasta que me recuperé, cuando me dieron de alta pude recibir visitas, familiares y amigos, todos me decían que saldría libre, pero yo había perdido las esperanzas. Sin embargo así fue, un par de días después salí libre, al parecer la joven había confesado que no era yo quien la había violado, su familia me dio una fuerte cantidad como indemnización, para que olvidara lo que había pasado. La acepté porque de verdad lo necesitaba, emprendí un negocio e inicie una nueva vida.

Nunca le dije a nadie lo que en verdad pasó en la cárcel.





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