Mis amigos siempre me habían dicho que Puerto Vallarta era el paraíso gay, y no mentían, sobre todo si vas en temporada de spring break, encontraras miles de turistas gays de todas partes del país y del mundo luciendo sus espectaculares cuerpos. Playas, antros y lugares de encuentro abundan en la zona gay de la ciudad.
Para mí, fue despertar a otro mundo, tengo 21 años, y hasta ese entonces solo había tenido una relación, con mi ex novio, quien me había roto el corazón. Para ayudarme a salir adelante y distraerme mis amigos organizaron el viaje. Nos hospedamos en un hotel gay friendly, y la misión era divertirnos y tener la mayor cantidad de sexo posible.
Desde unas cuadras antes de llegar al hotel ya se veía la cantidad de hombres caminando en las calles y disfrutando de los bares y restaurantes. Al llegar a la recepción del hotel, el ambiente era completamente prometedor, hombres sin camisa, en traje de baño, de espectaculares cuerpos entraban y salían. Para mi era un mundo nuevo, me intimidaba un poco, pero para la mayoría de mis amigos no había sorpresa, sabían perfectamente como era todo, ya que iban frecuentemente.
Ese día estuvimos en la playa, fue una tarde tranquila, pero decidimos que esa noche empezaría la fiesta. Nos dirigimos al hotel, y entre los pasillos podías ver algunas recamaras abiertas, con hombres teniendo sexo, otros masturbándose, invitándote a pasar.
Me dirigí a mi habitación y nos arreglamos para salir de antro. La fiesta se puso intensa, me tomé un par de copas y estaba pasándola de lo mejor cuando de pronto mis amigos dijeron que nos íbamos. Pensé que la diversión había terminado pero no, al contrarío, lo bueno apenas venía. Entramos a un sauna de primer mundo, enorme, con muchísima gente. Cuerpos desnudos se paseaban por todos lados, nos separamos para que cada quien fuera por su lado.
Comencé a recorrer el lugar, diferentes áreas de vapor, regaderas y jacuzzis, subí al segundo piso y descubrí unos pasillos oscuros que llevaban a unas habitaciones con apenas un poco de luz, había muchísima gente, la mayoría teniendo sexo, participando en orgías, cogiendo unos con otros. Me sentía como en un sueño, pero me calenté muchísimo, sentí que alguien por detrás de mí tocó mis nalgas, apenas podía verlo, pero tenía muy buen cuerpo, bastante tonificado.
Yo llevaba una toalla a la cintura, misma que el hombre quitó para poder tocarme bien, también tengo muy buen cuerpo, 1.80, tonificado, piel blanca y cabello ondulado y negro, mis nalgas enormes y firmes lo volvieron loco, me tomó de la mano y me llevó un poco mas adentro, en donde había más oscuridad, me volteó frente a él y me comenzó a besar.
Después, me pidió que se la mamara, era la primera vez que se la mamaba a alguien ademas de mi ex, que para ser honesto era pésimo en la cama, ademas de tener una verga diminuta. Sin embargo este cabrón si que tenía buena verga, 18 centímetros de carne dura y gruesa, se la mamé suavemente, con cada mamada me calentaba un poco más, saber que era un extraño y el morbo del lugar me estaba prendiendo muchísimo. De pronto me levantó, me giró y poniendo un poco se saliva en mi culo apuntó para penetrarme.
Con mis amigos nos habíamos preparado y habíamos iniciado el tratamiento de PrEP, así que no me dio miedo y dejé que me la clavara a pelo, su trozo caliente de carne se comenzó a abrir paso en mi culito, para mi era un mostruo su verga, pero él no pensaba hacerme el amor, él quería violarme sin piedad, y así lo hizo.
De un golpe me embistió, sentí que hasta el aire se me escapó y lancé un gemido que llamó la atención de los demás, su verga lubricada por mi propia saliva se deslizó casi de golpe, sentí su verga hasta el fondo rompiendo los pliegues de mi ano. La calentura subió más, al escuchar mis gemidos, los hombres de al rededor comenzaron a acercarse, unos me agarraban la verga, otro me chupaba los pechos, otro wey me agachó para que se la mamara, y el que estaba detrás de mí aprovecho para clavármela aun más profundo. Su verga gruesa rompía mi culo, dilatándolo con cada embestida, me sentía una puta. Después de varias embestidas, se vino dentro de mí. Mi culo quedó completamente mojado y dilatado, inmediatamente otro wey se puso detrás, para seguir cogiéndome, asi se estuvieron turnando varios, batiéndome los mecos unos de otros.
No se cómo, ni en qué momento, pero de pronto alguien llevó hasta mi nariz un pomo de poppers, inhale y al cabo de unos segundos, comencé a sentir que el corazón me latía más a prisa, quería verga, quería sentir todas las vergas. Entre todos me llevaron a una especie de columpio en el que te acuestas boca arriba y levantas las piernas, dejando tu culo a disposición de quien quiera. Ahí comenzaron a cogerme uno a uno todos los hombres que quisieron, gringos de vergas enormes y latinos guapísimos, todos me hicieron su puto. Los mecos me escurrían a chorros saliendo de mi culo, que palpitaba y estaba a punto de salirse por la verguiza que le estaban dando.
De pronto llego un negro, a pesar de la poco luz lo pude ver, era hermoso, perfecto y sobre todo, tenía una verga monstruosa, parecía un brazo, jamás pensé que existiera una verga así, dura y gruesa, la apunto y a pesar de lo excitado que estaba sentí un poco de miedo, pero no podía hacer nada, estaba a su disposición, sentí como acomodó su gigantesca verga en la entrada de mi culo y se dejó caer sin piedad, me la clavo hasta el fondo. Las paredes de mi culo se abrieron desgarrándose, lancé un grito que retumbó en toda la habitación, yo me retorcía de dolor pero no me podía quitar, me tenía completamente dominado.
Sin piedad comenzó un mete y saca, ese cabrón si que sabia coger, sentía su verga hasta lo más profundo de mi ser, quería vomitar, su verga inundaba todo mi ser, me hizo su puta con su enorme verga, mientras otros cabrones al rededor se la jalaban vaciándose sobre mi cuerpo, mecos espesos y calientes caían en mi cara, en mi boca y en mi abdomen.
Mis amigos tuvieron que ir a buscarme porque habían pasado varias horas, cuando llegaron por mí, yo acababa de coger con el negro, estaba aún recostado en el columpio, me bajé y a penas me pude poner en pie, de las piernas me escurrían chorros de mecos y probablemente de sangre. Me dirigí a darme un baño y nos fuimos de regreso al hotel, toda la noche me dolió el culo, pero la verga se me volvía a parar solo de recordar.
Al día siguiente ya un poco más recuperado, fuimos a desayunar y nuevamente a la playa. De regreso en el hotel, me metí a grindr, no tenía ganas de coger porque aún me dolía el culo, pero me ganó la curiosidad, había muchísimos perfiles conectados a solo unos metros, gente que estaba en el mismo hotel. Llamó mi curiosidad un perfil en el que dos hombres tipo oso invitaban a un trío. Buscaban un pasivo aguantador. Comencé a platicar con ellos, intercambiamos fotos y se enamoraron de mi culo, me insistían en que fuera a su habitación que estaba en el piso de arriba. Me mandaron fotos de su vergas, una de 19cm y la otra de 21 cm, gruesas, cabezonas, venudas. Se veían deliciosas, pero no sabía si podría aguantar después de la cogida de la noche anterior.
Eran dos gringos guapos, muy varoniles, tipo oso, llenos de pelos en todo el cuerpo y de barbas cerradas, blancos de ojos azules, no podía decirles que no, así que pasé al baño a hacerme el enema, me ardió muchísimo el culo, efectivamente había sangre, me lo habían dejado desbaratado, pero aún así fui a la habitación.
Llegué a la habitación, el clima era perfecto, fresco por el aire acondicionado, me recibieron e inmediatamente me llevaron a la cama, me puse en medio de los dos, estaban en short, sin camisa, ellos estaban en calzones, se notaban sus bultos, a los dos se les veía muy buena verga, sentí el calor de sus cuerpos y comencé a besar a uno de ellos, mientras el otro me acariciaba y besaba mi espalda, lentamente fue metiendo su mano entre mi short, acariciando mis nalgas, se escupió la mano y lubricó mi culo, y después acariciándolo nuevamente me introdujo un dedo, sentí un fuerte dolor, debido a lo lastimado que lo tenía, pero me aguanté, el dolor me provocaba placer, mientras seguía besándome apasionadamente con el otro.
Después de un rato de faje y caricias, me dejaron completamente desnudo y se desnudaron ellos también, y acostados los dos uno a un costado del otro con sus vergas gordas completamente erectas, me dispuse a mamárselas, me turnaba entre una verga y otra para darles placer a los dos, hasta que uno decidió que era hora de montarme, yo hablaba bien el ingles así que entendí perfectamente cuando dijo que me ya me iba a coger, se quitó y en la posición que yo estaba de perrito, se puso detrás de mí y apuntó su verga directamente en mi culo y sin pensarlo dos veces me la empezó a clavar.
Su verga se fue deslizando entre mi culo lastimado, haciendo que casi llorara de dolor, instintivamente me saqué un poco pero el firmemente me tomo de la cintura clavandola hasta el fondo, sin dejar que me pudiera escapar, inmediatamente comenzó a embestirme con un mete y saca muy fuerte, mientras yo seguía pegado a la otra verga metiendola hasta mi garganta y lamiendo sus enormes huevos de gringo cargados de leche.
Después de cogerme un rato me la sacó, y así como estaba acostado en la cama boca arriba me le monté al otro, su verga se me fue hasta el fondo sin esfuerzo, inmediatamente comencé a montarme sobre él, moviendo mi cadera en círculos mientras el me acariciaba el peche con sus enormes manos, y yo acariciaba el suyo, lleno de vellos. Me agaché para besar su boca cuando de pronto sentí que el otro oso se ponía detrás de mi intentando meter su verga en mi culo invadido ya por una. Sabia lo que estaba intentando hacer, así que trate de no no poner resistencia para que su verga cupiera también. Lentamente fue presionando hasta que sentí como mi culo se abrió y entro su cabeza, y poco a poco el resto de su trozo de carne se metió hasta el fondo.
Tenía dos vergas en el culo, dos vergas al mismo tiempo, sentía mi culo a su máxima capacidad, era una mezcla indescriptible entre dolor y placer. Sentir sus cuerpos pegados al mío, y sus vergas inundando mi interior, era lo mejor que había experimentado, mi verga estaba a reventar, ni siquiera me quería tocar porque sentía que en cualquier momento me venía, y así fue, sin poder controlarlo de mi verga comenzaron a salir chorros de mecos que cayeron en el pecho de uno de ellos, los dos se prendieron muchísimo después de eso y comenzaron a meter sus vergas cada vez mas fuerte, sin importarles nada mas que su placer, literal parecían osos gruñendo, hasta que los dos completamente sincronizados se comenzaron a venir vaciando sus litros de semen caliente en mi interior, sentía como expulsaban cada chorro en cada convulsión que daban.
Estábamos en un estado de completa excitación, sentía nublada mi visión de tanto placer, sudados, llenos de semen los unos de los otros, poco a poco fuimos volviendo a nuestro estado de conciencia, y sus vergas ya más flácidas salieron de mi culo, aún así me palpitaba, las sentía todavía en mi.
Nos tumbamos sobre la cama para recuperarnos un poco, y me quedé dormido hasta que me despertaron las embestidas de unos de ellos, me estaba dando un segundo round, batiendo sus propios mecos que aun seguían en mi interior, ya no tenía fuerzas así que deje que ellos hicieran el trabajo, se turnaron para cogerme uno, luego el otro, así varias veces hasta que volvieron a venirse en mi.
Después de eso, me despedí y me dirigí a mi habitación, tratando de no expulsar todo lo que traía adentro, porque sentía que se me escurrirían entre las piernas, y así fue, al llegar al baño de mi habitación, me metí a darme una ducha, de mi culo comenzaron a salir sus mecos aun espesos, mi culo estaba tan dilatado que podría haberme metido el puño. Salí y me tumbé en la cama, pero los días de fiesta aun no terminaban.
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