Mi tío Rubén siempre fue el típico chacal, feo, pero de buen cuerpo, de joven hacía pesas con cemento en casa de mi abuela, lo recuerdo perfectamente, yo era un niño admirándolo, admirando su fuerza, inclusive deseando que él fuera mi papá. El mío había abandonado a mi mamá y yo ni lo recordaba.
Mi tío era divorciado, su esposa lo dejó para irse con otro y él nunca se volvió a casar. Mi tío tenía un gran defecto, no le gustaba trabajar, desde su divorcio se convirtió en un mantenido, viviendo de lo que mis abuelos le daban. Pero conmigo era muy cariñoso.
Yo comencé a crecer y a despertar mi sexualidad y veía en mi tío ese amor de padre que nunca tuve, cuando me abrazaba sentía su fuerza, sus brazos y olor de hombre, de macho. Poco a poco ese cariño se fue convirtiendo en otra cosa, comencé a fantasear con él, comencé a desearlo. Cuando podía lo espiaba mientras se bañaba, ya que el baño tenía una ventana que daba al jardín. Ponía un bote y me asomaba discretamente para verlo mientras secaba su cuerpo desnudo.
Fue ahí cuando vi una verdadera verga, una verga de toro, de semental, gruesa y cabezona. Se veía hipnotizante junto con sus enormes huevos que le colgaban como si le pesaran, eran enormes, debían estar a reventar de mecos, ya que no tenía pareja y casi no salía, lo llegué a ver masturbándose, jalándose ese enorme animal para satisfacer sus ganas. Mientras lo hacía, imaginaba que me la metía, y que era a mí a quien llenaba de sus mecos y no a su abdomen.
Así crecí, deseándolo, soñando con él, comencé mi vida sexual con algunos amigos y una que otra pareja que tuve, pero siempre estaba él en mi mente. Cuando iba a casa de mi abuela lo veía, lo saludaba y me ponía caliente tan solo de tocar su mano. Ahora él tenía 55 años, yo 18, pero aún se veía muy bien, mantenía su figura, que aunque no como antes, seguía siendo un hombre grande y fuerte.
Para ese entonces yo ya vivía solo, me había salido de mi casa para no tener problemas con mi mamá y poder vivir mi sexualidad plenamente a mi manera, ganaba bien en mi trabajo y podía compararme lo que yo quisiera.
Una noche, soñé que estaba con mi tío, que me decía que me deseaba y que me hacía suyo, fue un sueño muy real, un sueño húmedo, pero que me perturbo por completo, desperté deseándolo aun más, aun lo podía sentir dentro de mí a pesar de ser un sueño, quería que fuera mío, quería que me hiciera suyo, aunque estaba consciente de que era algo imposible.
Ese día más tarde, cuando salí de trabajar, fui al centro a comprar unas cosas que necesitaba, y lo vi sentado en una banca de la plaza, solo, leyendo un periódico, traía un pantalón que le marcaba sus hermosas y perfectas piernas, pero sobre todo, le marcaba el bulto, ese bulto de macho, dormido pero con ganas de despertar y ser atendido.
Me acerqué a saludarlo, sentándome a un lado suyo.
-¿Hola tío cómo está?
-Hola hijo, bien, aquí matando el tiempo. ¿Tú cómo has estado?
-Bien tío, puro trabajar ya ve, tengo que pagar la renta y esas cosas
-Ta bien hijo, que le eches ganas y no seas un huevón como yo, la verdad ya ni me da pena decirlo.
-¿Y por qué no se busca un trabajo tío? Aun está fuerte y puede hacerlo
-Sabes hijo, Yo le perdí el sentido a la vida cuando mi vieja me dejó, ya no tengo motivación, para que quiero casa y cosas si cuando me muera no se le van a quedar a nadie.
-¿Y por qué no se buscó a otra mujer?
-Todas son iguales hijo, a la chingada la viejas, todas son unas traicioneras
-Tío, y en todos estos años, ¿Cómo le ha hecho para quitarse las ganas? No me va a decir que no ha estado con nadie
-Cuando estaba más joven sí, una que otra me las aflojaba, pero ya ahorita no cualquiera, y pues la verdad, aquí en confianza, a mi me gustan los culitos tiernitos, pero ya las que me puedo agarrar están muy correteadas, y las jovencitas, si no tienes dinero no te pelan
-Oiga tío, perdón si mi pregunta es muy indiscreta, pero, ¿nunca se ha cogido a un hombre?
Mi tío se quedó callado, pensándolo, y de pronto me dijo
-No hijo, la verdad no, aunque a estas alturas de mi vida no le haría el feo a un buen culito, pero la verdad a veces los cabrones se cotizan más que las viejas, sin ofender, yo se que tu eres gay, y la verdad yo te quiero mucho y a mi no me importa como tu seas.
Cuando me dijo eso, me sincere con él, no lo pensé y de mi boca salió lo que siempre había callado
-Yo también lo quiero mucho tío, siempre lo he querido, y sabe, todas las viejas que lo rechacen son unas tontas, porque yo daría lo que fuera por tenerlo, se que es mi tío, y que le diga esto esta mal, pero siempre me ha gustado, desde que soy adolescente, y no cómo tío, me gusta como hombre, se que eso es imposible y nunca lo voy a tener como a mi me gustaría pero...
En eso me interrumpió para preguntarme
-¿Y cómo te gustaría hijo, a ver, dime?
Le contesté, total, ya había escupido mi verdad, no quedaba más que terminar de decirlo
-En mi cama tío, con su verga clavada entre mis nalgas
Me quedé helado, lo había dicho, había escupido como veneno eso que desde hacía años me mataba, no había marcha atrás, lo había dicho. Mi tío se quedó callado, viéndome fijamente, yo estaba a punto de llorar, de levantarme e irme corriendo de ahí, cuando comenzó a hablar nuevamente
-Sabes hijo, siempre supe que me espiabas, tú pensabas que no me daba cuenta, pero sí, te veía asomándote por la ventana del baño, y me excitaba jalarmela pensando que me estabas viendo, a pesar de que eras mi sobrino y eras solo un adolescente. Todo el tiempo creí que era solo una curiosidad por tu edad, y pensé que quizá serías gay. No me equivoqué, cuando tu mamá nos contó, para mí no fue una sorpresa, pero jamás pensé que tenias este sentimiento por mí.
Ya me había sincerado con él, no quedaba más que disculparme y retirarme, moría de pena.
-Lo siento tío, jamas debí decirle esto, es verdad, es lo que siento, pero pues, usted es mi tío y siempre sera solo eso
-Y quién dice eso? ¿Quién dice lo que está bien y lo que está mal? Yo ya estoy viejo, pero si tú quieres, si de verdad tienes ganas de que te coja, sí te hago el favor, y de paso me lo hago yo, que la neta no me caería nada mal. Nomas que me vas a tener que decir cómo porque nunca la he metido por el culo, la única vez que se la intente meter a una vieja por ahí, casi la mate, no aguantó ni la primera metida
-Sí tío, no se preocupe yo me encargo
Le dije con un tono seductor, mi ritmo cardíaco estaba aumentando y mi calentura subiendo a mil, el saber que ni las viejas se la aguantaban me prendió muchísimo más. En seguida me preguntó:
-¿Y cuándo se hace o cómo va a estar todo?
-Pues cuando usted pueda, yo vivo solo, después de las 8 puedo cualquier día
-¿Y si vamos de una vez? ¿O tienes algo mejor que hacer?
-No tío, por usted cancelo cualquier compromiso, vamos.
Nos dirigimos al departamento, en el camino casi no hablamos, yo manejaba, y él iba muy serio, solo me dijo que esperaba que eso solo seria entre nosotros dos, que nadie más se enteraría, le dije que no se preocupara, que nadie iba a saberlo.
Llegamos al departamento y le ofrecí una cerveza, nos tomamos dos cada quién mientras me preguntaba todas sus dudas, que si ya había estado con otros hombres, que si no me dolía el culo, que si no se le iba a ensuciar. Le expliqué todo y pasé al baño a asearme, salí y lo invité a mi recamara, yo ya estaba casi desnudo, solo llevaba un jockstrap para mostrar mi culo.
-Qué buen calzón hijo, listo para meter el fierro
-Sí, para eso es. ¿Le gusta?
-Se te ve chingón, no pensé que estuvieras tan nalgón
Yo soy bajo de estatura, 1.69 pero muy acuerpado y de muy buenas nalgas, completamente lampiño. Después mi tío siguió con la conversación, de verdad no sabia como iba el sexo con un hombre, pero supe que estaba excitado porque el pantalón estaba que le reventaba, se le veía un bulto enorme, cobrando vida.
-Hijo, siento que te voy a lastimar, estas muy tiernito para mí, no se ni como tratarte
-Como a una mujer tío, solo que en lugar de metermela por la vagina, me la va a meter por el culo
-¿Y tú no chupas la verga?
-Claro que sí tío, muero de ganas de hacerlo
Me acerqué a él, puse mis manos sobre su fuerte pecho, y despacio fui bajando una mano hasta tocar su verga, la traía durísima, de lado, parecía que traía una macana de policía ahí escondida. El pasó sus manos por detrás y me comenzó a sobar las nalgas, mientras yo le iba desabrochando el cinto, el pantalón y lentamente le bajé el cierre.
Metí mi mano por su calzón, me recibió una mata de pelos gruesos, y un poco más y pude tocar su fierro, duro y caliente. Me puse de rodillas frente a él, y me detuve un momento, no podía creer que estuviera pasando, mi mayor fantasía desde adolescente estaba por hacerse realidad, hacia mucho que no le veía la verga a mi tío, la recordaba, monstruosa, imponente, pero nunca la había tenido así de cerca.
Pegue mi nariz para olerla y comencé a morder por encima de su trusa, mientras él se bajaba un poco el pantalón, volteé a verlo a la cara pero tenia los ojos cerrados, su respiración se agitaba.
Lentamente le bajé el calzón, primero se asomaron sus pelos largos y negros, y después poco a poco se fue asomando ese enorme animal, cuando salió por completo apuntaba directamente a mi cara, amenazante, era más grande de lo que recordaba, se veía aún mas descomunal, inclusive yo mismo dude si sería capaz de aguantarla. Mi culo y mi estomago se estremecieron. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Comencé a temblar de la calentura.
-¿Qué traes hijo, por que tiemblas? ¿Ya te asustaste? Te dije que era mucha verga pa' ti
No le contesté, me lancé a su verga, a mi verga, porque era mía, solo mía y quería deborarla, saborear cada centímetro.
La traía sucia, olía fuerte, a verga, a sudor, a macho, y sabía penetrante. No me importó, al contrario, eso despertó en mí una fiera. Comencé a chupar y a chupar haciendo que su verga inundara mi boca, trate de meterla a mi garganta, pero no cabía, intentaba con más fuerza pero era imposible. Mi tío se retorcía de placer y trataba de ayudarme a tragar empujando su verga a mi garganta, pero no entraba mas allá.
-Si no te entra en la boca, menos te va a caber en el culo hijo, yo creo que no vas a aguantar
Me puse de pie y saque de mi cajón un lubricante y unos poppers, inhale un poco y mi tío me preguntó qué para que era eso. Le dije que me ponía más caliente y le ofrecí, él confió en mí e inhaló también.
Rápidamente comencé a sentir el efecto, el calor, la aceleración del corazón, mi cuerpo quería verga ya. Tomé el lubricante y le llené la verga a mi tío, y luego me puse suficiente en el culo. Mi tío se terminó de desvestir mientras yo me acomodaba de perrito en el bordo de la cama, pegando mi pecho para quedar lo más empinado posible.
-¿Entonces ya así te la clavo?
-Rompame tío, metamela hasta el fondo sin piedad
Ya no contestó, se acerco a mi culo y así como se lo pedí la acomodó, y de golpe, la dejó caer. Su verga se abrió paso entre mis nalgas abriéndome el culo, rompiéndolo, y provocandome un gran dolor, sin embargo era más mi calentura, su verga había logrado entrar de golpe hasta la mitad, mordí mis dientes para soportar la siguiente embestida, le costó un poco, pero presionó con fuerza, yo sentía como las paredes de mi culo se rompían con cada centímetro de verga que mi tío me clavaba, pero él no desistió hata que su verga se clavo por completo, deslizándose hasta el fondo. Jamás había sentido eso, jamas había tenido una verga de ese tamaño, era como una primera vez, nuevamente me estaban rompiendo el culo, literal, rompiendo el culo.
Grité fuerte, de placer y de dolor, mi tío me la sacó asustado, respire un poco y le dije:
-No la saqué tío, aunque grite no me la saque, cójame sin piedad, no se detenga, aunque le suplique que ya no
-¿Seguro?
-Sí tío cójame a su antojo, vióleme, mi culo es suyo, haga con él lo que quiera
Y así de golpe y hasta el fondo, me clavó su enorme trozo de carne nuevamente, y grité, fue inevitable, pero ahora me la dejó así, adentro
-Así cabron, así la quieres
-Sí tío así
Yo apenas podía hablar, el popper ya tenía poseído a mi tío, y el placer se apodero de él, comenzó a darme unas embestidas fuertes, profundas, mi culo no ponía resistencia su verga se iba hasta adentro provocándome arcadas de dolor, después de un momento comenzó a aumentar la velocidad, no aguantaba, sentía que me rompía por dentro
-Más despacio por favor tioooo, más despacio ahhhhhh!!
-Nel cabrón tú me pediste así, te aguantas, ah no mames que ricooooo ahhhhh
Y seguía clavándome. Me intenté salir un instante, quería descansar pero mi tío era muy fuerte me tomó de la cintura y no me dejó ir a ningún lado, sentí que vomitaba, mis ojos lloraban y sudábamos muchísimo.
En una embestida empujó tan fuerte que me quité, me logré zafar haciendo que su verga se saliera, la vi fijamente y pensé que me iba a matar, pero era mi tío, mi mayor pasión, y era su verga, la verga que siempre soñé. Tomé nuevamente los poppers, inhalé y me acosté boca arriba, levanté mi pies, tomándolos yo mismo con mis manos.
Mi culo se abrió, y mi tío se mordió los labios mientras se trepó a la cama, acomodándose entre mis piernas, cerré mis ojos para sentir, para disfrutar el calor de la piel de su verga quemando las paredes de mi culo, sentí como cada centímetro me penetraba hasta que topo hasta el fondo, solo lancé un leve gemido, era un esfuerzo sobre humano soportar esa verga, pero era demasiado placer para mí, sentía que me volvía loco, quería que me matara, que me rompiera sin piedad. mi tío se tumbó sobre mí y yo por instinto abrí mi boca, y él me correspondió besándome apasionadamente mientras aumentaba el ritmo haciendo que sus embestidas fueran cada vez mas fuertes y profundas. Yo lo abrazaba por la espalda, mis pequeñas manos apenas podían cubrirla, y deslizándome con su sudor bajé mis manos a sus nalgas, quería quedarme así, morir así, lleno de verga, y qué verga, qué vergota.
Mi tío se acercó a mi oído, yo apenas escuchaba, estaba en un viaje, drogado de tanta verga, aturdido por el dolor, y apenas respirando por su peso sobre mi cuerpo, me preguntó:
-¿Te los echo adentro hijo? ya me voy a venir
-Sí tío, deme su lechita, preñeme
-Ahí te van
Y así pasó, se comenzó a venir a chorros, sus enormes huevos se contraían para que de su verga salieran disparados sus mecos, calientes y espesos, sentí como salían, como me llenaban.
-Así quédese tío, no me la saque todavía
-Yo creo que nos vamos a quedar pegados hijo, como los perros
-Ahh sí que rico, tener su verga siempre adentro
Poco a poco se le fue bajando, pero yo no me había venido, seguía caliente, cundo se salió, le pedí que se acostara boca arriba y comencé a limpiársela con mi lengua, probando el sabor de mi culo mezclado con su leche, mientras me la jalaba, se le comenzó a parar de nuevo, yo se la seguía chupando cuando nuevamente sentí que se venia, llenándome la boca de mecos, los cuales me tragué sin pensarlo, mientras yo también me venia a chorros.
Quedé desplomado sobre él, satisfecho, pleno, feliz. Había cumplido la mayor fantasía de mi vida, aún no lo creía, era irreal, pero acababa de pasar, la prueba, sus mecos calientes que aún guardaba en mi interior.
Mi tío se despidió de mí, prometiendo visitarme seguido, le dije que cuando quisiera lo esperaba, literal, con las piernas abiertas.
¡Hola! ¿Seguirás escribiendo relatos?
ResponderEliminarUn saludo.