Mis padres estaban obsesionados con que aprendiera a nadar, cuando mi papá era niño uno de sus amigos de la escuela se había ahogado, y siempre le dio miedo que algo así me pudiera pasar, por eso desde muy pequeño, me inscribieron a a clases de natación.
Al principio lo veía como un juego, era un pequeño niño que se divertía en el agua, sin embargo con el tiempo se comenzó a convertir en mi pasión. Comencé a participar en competencias locales y estatales y cada vez ganaba más premios.
Cuando tenía 10 años, llegó a la escuela de natación el maestro Ramón, que había sido campeón durante su juventud. Actualmente tenía 40 años, y aún era muy buen nadador, y conservaba su cuerpo en perfecto estado. No era muy alto, media como 1.80, piel blanca, y a diferencia de cuando era joven y se tenia que depilar para las competencias, ahora era extremadamente peludo, tenia vellos en las piernas, en los brazos, en el pecho y en el abdomen, incluso en la espalda, además de que usaba bigote. A veces me llamaba la atención verlo cuando se metía a nadar, ya que usaba bikinis muy ajustados, que dejaban ver la forma de su verga, que al parecer no era nada pequeña. Llegué a escuchar a las mamás de mis compañeros hablar de él y de lo "buenote" que estaba, ademas de mencionar el "animalote" que tenia entre las piernas y lo feliz que debía hacer a su esposa.
Yo era un niño bajito aún, media como 1.60, de cabello rubio, lacio y piel clara, delgado, pero bien tonificado por haber hecho ejercicio desde tan niño. También usaba bikinis para nadar, pero a diferencia de mi maestro, a mí no se me notaba ese gran bulto, al contrario, mi pene era muy pequeño, y que decir de los vellos, la única parte del cuerpo en donde tenía pelo era en la cabeza, el resto de mi cuerpo estaba completamente liso.
Siempre teníamos que ducharnos antes y después de nadar, era mi parte favorita, en ese momento no lo asimilaba pero me encantaba ducharme con mis compañeros y ver sus penes, me sorprendía ver a los que eran un poco más grandes y ya comenzaban a desarrollarse, cómo tenían la verga más gruesa y algunos ya con pelos.
A pesar de mi edad yo era el mejor de todos, el de mejor técnica y el que lograba los primeros lugares. El maestro Ramón solía decirme que algún día sería medallista olímpico, ese era mi mayor sueño. Por eso cuando llegó la oportunidad de participar en la olimpiada infantil y juvenil nacional, estaba que no lo podía creer, sin embargo tenía que prepararme muchísimo.
A mis papás, por cuestiones de trabajo se les comenzó a complicar llevarme a mis entrenamientos, el maestro Ramón se ofreció a pasar por mi todos los días y regresarme después del entrenamiento. Mis papás sabían que era mi sueño, así que a pesar de las molestias que sabían podía causar, aceptaron.
Los entrenamientos comenzaron, y el maestro se enfocó casi por completo en mí, todo iba normal, hasta que un día me dijo que nos quedaríamos en el club una hora más, y así lo hicimos, se fueron todos y nosotros seguimos entrenando, algo se me complico con la técnica y el maestro se tuvo que desvestir para entrar al agua y mostrarme como hacerlo, no sabía por qué, pero me sentía muy nervioso, la presión de la competencia y tenerlo así desnudo tan cerca de mí me ponía tenso sin entender por qué, además me distraía viendo su cuerpo y su bulto que con el agua, hacia que se le marcara su verga. Estuve esforzándome tanto que de pronto, me dio un calambre en una pierna, estábamos los dos en el agua y él se acercó a mi para ayudarme, la estiró un poco y después comenzó a masajearla, pasaba sus manos por toda mi pierna, desde la pantorrilla y subía casi hasta el gluteo.
Me gustaba lo que estaba sintiendo, sus manos grandes acariciando mi piel, así estuvo un buen rato hasta que el dolor bajó, cuando terminó, como yo tenia mi pierna levantada en el agua, sin querer roce su verga con mi pie mientras la bajaba, me di cuenta que lo traía parado, me asusté un poco y no supe que decir, él, solo sonrió.
-Vamos a terminar por hoy Alex, nos damos un regaderazo y te llevó a tu casa ¿ok?
-Sí, esta bien maestro
-Vete adelantando a las regaderas, ahorita te alcanzo
Supongo que se quedó en el agua para que se le bajara un poco la erección, mientras, yo me dirigí a las regaderas. Unos minutos después entró él, fue inevitable no voltear a verlo, estaba completamente desnudo, por primera vez en mi vida estaba viendo una verga adulta, y efectivamente era un animalote, a pesar de estar dormida, era gruesa y larga, su cabeza se asomaba un poco, y sobre todo, me llamó la atención la enorme mata de pelos negros y gruesos que tenía, que no podía ser de otra manera si veíamos el resto de su cuerpo de oso.
Traté de disimular, pero no pude evitar verlo, hasta que él se dio cuenta, me di la vuelta dándole la espalda ya que me moría de pena.
-¿Qué Alex, nunca habías visto una verga o que?
-Sí, lo que pasa es que la verdad, nunca había visto una tan grande, solo la des mis compañeros
-Jaja, sí, la verdad si la tengo grande, cuando competía todos se me quedaban viendo el bulto pero sabes, ya me acostumbré, lástima que esté tan desperdiciada
-¿Por qué desperdiciada maestro, no entiendo?
-Estás muy chavo para entender Alex
-¿Y por que no me explica?
-Bueno, está bien, te voy a decir, pero con una condición, no le vayas a contar a nadie que platicamos esto ¿ok?
-Sí, esta bien, lo prometo
-¿Sabes lo que es el sexo?
-Mmm.... si, creo que sí
-Bueno, pues el mayor placer que un hombre puede sentir, es meter la verga, pero yo tengo muchos problemas con mi esposa y nunca me deja hacerlo, por eso digo que mi verga esta desperdiciada, por que no la puedo usar
-Ah ok, ya entendí, y ¿por que no quiere que se la meta su esposa?
-Porque ya no me ama
-¿Y entonces qué va a hacer maestro?
-Ese es el detalle, que me toca a mi ayudarme solito, porque si no, se me cargan los huevos de leche y ahí es en donde se acumula el estrés
-Eso si no lo entendí, ¿Cómo se ayuda usted solo?
-¿Quieres ver cómo lo hago?
Me gire nuevamente para verlo, no le dije nada, solo moví mi cabeza hacia arriba y hacia abajo en señal de aprobación El me pidió que me acercara a su regadera para ver mejor, y cuando me acerqué, comenzó a sobarse la verga, se la pelaba una y otra vez hasta que poco a poco se fue poniendo dura.
Yo solo abría mis ojos sorprendido de ver el tamaño que estaba tomando, estaba frente a él, a unos pocos centímetros, cada vez lo hacía con mayor intensidad y fuerza, jalandosela como si se la quisiera arrancar, cuando de pronto su verga comenzó a escupir chorros de leche caliente, que cayeron en mi pecho, el lanzaba unos gemidos muy fuertes al tiempo que le salia la leche, tenia los ojos cerrados, pero cuando terminó, los abrió y volvió en sí. Era la primera vez que veía a alguien eyacular.
-¿Estos son los espermas?
-Si esos son, nunca los habías visto
-No, a mi no me salen
-Ya no tardan en salirte no te preocupes, pero mira ya como te deje llenó de mecos jeje, déjame te limpio
Tomó un poco de jabón y se puso en las manos, comenzó a limpiarme con ellas, las deslizaba por todo mi cuerpo, en mi pecho y en mi espalda, se puso detrás de mí y sobó mis nalgas con sus manos, y después deslizándolas las pasó por mi culito, yo no le decía nada, porque me gustaba lo que estaba sintiendo.
-¡Que bonito culito tienes Alex!
-¿Por que lo dice maestro?
-Porque sí, mira nomás, está así bien redondito, bien paradito y sin nada de pelos, así me gustan, y se me hace que a mi verga también, mira, ya se me está parando otra vez. ¿Me dejas hacer algo?
-¿Qué?
-Meterte el dedo poquito aquí en tu culito
-¿Para qué?
-Nomas, ándale, te va a gustar, te lo prometo
Lo pensé un poco, pero al final acepté, me dio pena decirle que no, además se sentía riquísimo la manera en que me estaba sobando las nalgas. Se puso más jabón en las manos y comenzó a frotar mi culito con su dedo y después presionó un poco.
Me recargó contra la pared, con el culito parado, y se puso por detrás de mi intentando meterlo, hasta que de pronto comencé a sentir como comenzaba a entrar, mi instinto fue apretar, pero él me pidió que me relajara y con la mano que tenía libre, acarició mi espalda, lo que hizo que aflojara, y su dedo se deslizó suave y despacio hacia mi interior, sentí un poco de ardor, pero no dolor, lo dejó un momento adentro y luego lo sacó un poco, hasta que lo logró meter y sacar cada vez con mayor facilidad
-En serio Alex, tienes un culito maravilloso, cómo me gustaría en lugar de meterte el dedo, poderte meter la verga
-Ay no maestro, su verga está muy grande, no me entraría
-Si te la voy metiendo poco a poquito si te cabe ¿Me dejas intentarlo?
-¿Pero no me va a doler? Porque con el dedo si siento un poco de dolor, y eso que no está tan grande como su verga
-A lo mejor al principio si te duele poquito, pero ya después te va a gustar, vas a ver, hasta me a pedir más
-¿Usted quiere?
-Claro Alex, y mi verga también, mira como está de parada, déjame metertela poquito ¿sí?
-Bueno, está bien, pero despacito por favor
Inmediatamente me sacó el dedo y se embarró la verga con jabón, el agua de la regadera seguía cayendo sobre nosotros, me tomó de la cintura por la espalda, sin más, apunto su verga, qué estaba completamente parada, y comenzó a presionar, pero era imposible, no entraba, sentía como mi culito trataba de abrirse para comérsela, pero de verdad no cabía.
Se colocó mas jabón y colocó en mi culo y nuevamente me metió un dedo de golpe, yo solté un leve gemido, después metió otro, esta vez el dolor fue más intenso, quise quitarme, y decirle que mejor no, que me daba miedo, pero entonces me amenazó con sacarme del campeonato y llevarse a otro en mi lugar. Era mi sueño y lo que mas deseaba, así que sin pensarlo más, le dije que estaba bien, sus dedos rasgaban las paredes de mi ano, pero eso no sería nada comparado a lo que me esperaba.
Volvió a acomodar su verga y en el primer empujón, se deslizo un poco abriéndose paso, sentí como algo se rompio y de golpe entro la cabeza y un poco más, no lo pude evitar y grité, mientras sentía como su verga caliente invadia mi interior.
-Ahhhhhhhhhhhhhhh
No importaban mis gritos, el único que estaba a esa hora, era el guardia de seguridad, pero las regaderas estaban lejos y era imposible que escuchara algo
-Ya Alex, ya te entró, aguántala así poquito, relájate para que entre bien y no te duela
-Ay maestro, si duele, saquemela por favor
-Si no te dejas te voy a sacar de la competencia ya te dije, tu sabrás, mejor aguántate
-Esta bien maestro, ya me voy a dejar, pero despacio por favor se lo ruego
Mientras le decía eso la sacó solo unos centímetros sin que saliera por completo de mi culo y haciendo caso omiso a mis ruegos, en una embestida mortal, sosteniéndome de la cintura, me la clavo de golpe, sentí como mi culo se hizo pedazos, y un dolor profundo invadió mi ser, se me fueron las fuerzas, pero ya no importaba, ya me tenia ensartado y no había manera de zafarme.
-Noooooooo, dueleeeeee nooooooo por favooooor
-Ahorita se te quita cabrón, quieres ir a competir aguántate, además, primero andas de puto viéndome la verga, así que ahora te aguantas hasta que acabe
Yo me agarraba con la poca fuerza que me quedaba de los manerales de la regadera, y el me tenía clavado sin moverse, con la verga hasta el fondo, sentía ganas de vomitar, sentía ganas de hacer del baño, su enorme verga estaba llegando hasta mi intestino.
-Respira profundo, relájate, ya la tienes toda adentro
Comencé a respirar, a tomar aire y mi cuerpo se empezó a poner menos tenso, pude sentir como su verga se iba saliendo un poco y después de golpe me la clavó nuevamente hasta el fondo, la sacaba lento y la volvía a meter de golpe. Con cada clavaba, me levantaba haciendo que mis pies se despegaran del suelo, sentía que me iba a morir, era un dolor indescriptible, en cada embestida un gemido salia desde lo profundo de mis entrañas, me estaba violando, pero increíblemente me estaba gustando, a pesar de todo, a pesar del dolor, me estaba gustando.
Comencé a imaginarme que yo era su esposa, y que así se la cogía a ella, y eso me exitó, mi verga se comenzó a poner dura, mientras él, me embestía salvajemente, picándome hasta lo profundo de mi intestino. De pronto me la saco y yo sentí como si todo mi interior se saliera por mi culo. Respirábamos agitados, yo casi lloraba, pero cuando el me pregunto
-¿Quieres más amor? ¿Me la aguantas otro rato?
Le contesté que sí, con apenas un poco de fuerza, no entendí por que, pero de verdad quería más, quería que no parara. Me pidió que lo tomara del cuello y levantándome en peso, poniendo sus manos entre mis piernas, me la clavo nuevamente, al tiempo que comenzó a subirme y bajarme a un ritmo cada vez mas rápido.
Parecía un muñeco de trapo, colgado a su cuello mientras el me taladraba el culo. Su cara quedaba a la altura de la mía, y de pronto me comenzó a besar, yo nunca lo había hecho, pero por instinto lo bese apasionadamente también, sentía su cuerpo peludo frotado el mío, era maravilloso, cada vez me dolía menos, mi pequeño culo estaba completamente dilatado recibiendo por completo el animalote del maestro.
Así estuvo hasta que las embestidas comenzaron aumentar tan rápido y salvaje que a penas podía aguantar, sentí que me ahogaba, que no podía respirar, comencé a gemir casi llorando mientras el me pedía que aguantara que ya iba a terminar, ya así fue.
De pronto comenzó a gemir nuevamente como la vez anterior que se vino, pero esta vez se estaba viniendo dentro de mí, y yo lo podía sentir, sentía como sus mecos salían disparados hacia mi interior mientras su verga se contraía una y otra vez, mordió mi boca y me siguió besando hasta que terminó por completo dentro de mi.
Una vez acabó, me la sacó poco a poco, y cuando me puse de pie apenas podía caminar, vi su verga aun erecta y me sorprendió cómo fue posible tragarme todo eso por mi pequeño culo, él también estaba sorprendido
-Sabes Alex, no te miento, nunca había cogido así, aguantas la verga riquísimo, no tienes idea de lo feliz que me has hecho
-Que bueno maestro, yo por usted hago lo que sea
- ¿De verdad?
-Sí, de verdad
-¿Entonces me vas a dejar cogerte otro día?
-Sí maestro cuando usted quiera
-Bien Alex, tu y yo la vamos a pasar muy bien vas a ver, pero por hoy ya estuvo, ven vamos a cambiarnos que ya es tarde.
Ese día ahí quedo todo, pero serian muchas, muchas más las veces que repetiríamos.
Uy nooo, Dios mío. Encima era un nenito. De todas formas estuvo buena. Igual cuando son tan chicos no me atrae tanto como cuando son adolescentes o jóvenes. Esas historias me gustan mucho más
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