La primera vez que lo vi quedé hipnotizado por su estatura, era un hombre que llamaba muchísimo la atención de todo mundo, pero sobre todo la mía, a diferencia de él que debía medir fácil 2 metros, yo era muy bajo, apenas 1.68, delgado de piel morena y cabello negro. Y no es que Hector fuera guapo, pero sí muy varonil. De unos 50 años aproximadamente, cabello cano y barba de candado también con canas, no delgado, pero para nada gordo, tenía todo en perfecta proporción acorde a su estatura.
Yo era empleado de una agencia de coches cuando él llegó buscando cambiar su antiguo auto por uno nuevo, me presenté y al estrechar su mano, sentí su fuerza de hombre, me presenté y él igual. Su voz era tan seductora, me ponía demasiado nervioso, y no es que yo fuera un coqueto, tenía tiempo soltero, pero aún así era difícil que alguien me llenara el ojo, y lo más extraño es que nuca me habían llamado la atención los hombres maduros, siempre había salido con chavos cercanos a mi edad, 28 años, pero en la última relación me había ido muy mal, precisamente por la inmadurez de mi ex.
Le mostré los diferentes modelos que teníamos, se subió y los analizó, al final le pedí los datos para cotizarle las diferentes opciones y quedé de enviárselas por whatsapp, además de coordinarnos para una prueba de manejo. No sé cómo logre concentrarme durante el tiempo que estuve con él.
Durante el resto del día y gran parte de la noche, pensé en él, era todo un espécimen, completamente diferente a cualquier hombre que jamás hubiera visto, me imaginaba el placer que debería ser tener a un hombre así en la cama.
Al día siguiente se presentó en la agencia y nos dirigimos a hacer la prueba de manejo. Definitivamente era un hombre muy sociable, me sacaba plática de todo, preguntando incluso cosas de mi vida personal, como cuánto tiempo llevaba trabajando ahí, y si era casado o soltero. También él me contó sus cosas, tenía tiempo de haberse divorciado y vivía solo, sin pareja, le había ido muy mal en el amor. Al final del recorrido llegamos nuevamente a la agencia y se retiró para pensarlo bien.
A los días me comuniqué con él por medio de whatsapp, ya que ese fue el medio que el solicitó, le pregunté qué había pensado y le dije las ofertas que le podíamos hacer para que se animara a comprar el coche, yo estaba muy interesado en que lo comprara ya que me llevaría una muy buena comisión.
Después de unos días de mensajes y llamadas tratando de negociar, por fin se hizo el trato, en la agencia le entregamos el coche y me despedí de él agradeciéndole mucho la compra. Me dio un fuerte abrazo y me sentí un poco triste porque muy probablemente sería la última vez que lo vería.
Una semana después, aún seguía pensando en él, soñaba con su voz, con su cuerpo, con sus manos, estaba obsesionado con él, de pronto se me vino una idea a la mente, era algo muy arriesgado, que posiblemente no funcionaria y al contrario me traería problemas, pero quería probarlo, intentaría seducirlo, provocarlo para ver si acaso era posible tener una mínima posibilidad sexual con él, que al final era lo único que yo buscaba.
Pesé en llamarle de otro número haciéndome pasar por otra persona, pero estaba seguro que me reconocería, pensé en ofrecerle dinero pero al final él no lo necesitaba, incluso pensé en escribirle y hacerle la propuesta directamente, pero no me animé, así que opté por otra opción.
Le enviaría una foto desnudo, quizá mostrandole mi enormes nalgas, una foto seductora que lo provocara, ya había hecho eso antes con otras personas con las que ligaba y eso siempre los ponía mal, deseosos, era mi mejor herramienta y estaba dispuesto a utilizarla.
Y sin más, ese día en la noche le envié la foto, cuando vi que la había recibido y que la había visto, sentí que me moría de nervios, no sabía que contestaría, o incluso si ofendería, en ese caso le diría que me equivoqué y que no era para él.
Después de unos minutos contestó:
-¿Qué pasó muchacho? Qué onda con esa foto?
-¡Ay don Hector, perdón! Qué pena con usted, me equivoqué, se la iba a enviar a otra persona
-No te preocupes, no pasa nada, pero ten cuidado con lo que mandas y a quién se lo envías
-Sí claro, seré más cuidadoso, discúlpeme nuevamente y gracias. Qué esté muy bien
Sentí que me moría de pena, ¿En qué estaba pensando? Sí, efectivamente a algunos los había prendido mi foto, pero eran hombres gay, o que por lo menos tenían un interés en estar con otro hombre, de Hector yo no sabía nada, al contrario, era heterosexual, lo más probable era que para nada le interesara estar con un hombre.
Traté de olvidar el asunto y al día siguiente ya cuando me disponía a dormir, recibí un mensaje de Hector, decía lo siguiente:
-¿Qué tal Rigo cómo estás?
-Hola don Hector, bien gracias ¿y usted?
-También bien, sabes, no me puedo quitar de la mente la foto que me enviaste ayer
-Sí, de verdad que pena, discúlpeme
-¿Eres tú? El de la foto
-Sí, ¿por qué?
-No te vayas a ofender pero, que culote tienes, hasta parece de vieja. ¿Eres gay?
-Sí don Hector, soy gay, esa foto era para alguien con quien me iba a ver, que precisamente se llama Hector, por eso me confundí al enviarla
-¿Y qué onda si lo viste? ¿Si se animó?
-No, al final no paso nada
-¿Y eso? ¿No le gustó o qué?, ¿Quién le dice que no a un culito así?
No entendía muy bien a donde quería llegar, estaba un poco sacado de onda, después siguió escribiendo
-Yo nunca se la he metido a un hombre, es más, nunca me han llamado la atención, pero desde ayer que recibí tu foto no puedo dejar de pensar en ti, en ese culo. Lástima que la foto no era para mí, porque siéndote sincero, si te cogía cabrón, aunque me imagino que a ti no te gustan los viejos
No lo podía creer, no podía creer que Hector me estuviera diciendo que lo había prendido mi foto, había funcionado, había conseguido mi cometido, excitarlo, provocarlo, meterle la curiosidad, no por presumir, pero mi culo era irresistible, ya me lo habían dicho muchas veces. Pensé muy bien lo que le iba a contestar.
-Si lo dice por usted, para mí no está viejo, de hecho los hombres maduros son los que más me gustan
-¿Ya has estado con alguno?
-No, pero me encantaría
-¿Te animarías a coger conmigo?
-Si claro, me encantaría que me reventara mi culote
Le dije para provocarlo aún más, estaba dispuesto a todo
-Ay cabron, se me está poniendo dura solo de pensarlo, pero cómo te dije, nunca he estado con un hombre, me dan nervios, no tengo experiencia
-¿Pero le gustaría probar?
-La verdad sí, pero tendría que ser algo muy discreto y nadie puede saber de esto
-No se preocupe, por mi parte nadie tiene por que saberlo
-¿Puedes venir a mi casa?
-Si por supuesto, ¿cuándo sería?
-¿Puedes hoy? ¿Ahorita? Antes de que me arrepienta
-Muy bien, páseme la dirección
-Oye, pero antes de cualquier cosa, tengo que decirte algo importante, tengo un pequeño problema, mejor dicho un gran problema, uno muy muy grande que no cualquiera aguanta.
-Con ese cuerpo me imagino que así es, no se preocupe don Hector, yo le ayudo con su problema
Acordamos las ultimas cosas, me bañe, me limpié, me preparé para estar listo y me dirigí a la dirección que me pasó, estaba muy emocionado, completamente caliente y deseoso de probar su verga, que según su descripción era muy grande, moría de curiosidad por vérsela y por sentirla atravesándome.
Cuando llegué a la dirección, era una zona muy exclusiva de la ciudad, una casa hermosa y grande, me saludó un poco nervioso y nos dirigimos a una sala enorme con vista a un jardín con alberca, me ofreció un poco de vino y comenzamos a conversar de cosas sin sentido, hasta que llegamos al tema del sexo. Hector tenía muchas dudas, pero no era la primera vez haría sexo anal, sin embargo, el hecho de hacerlo con otro hombre lo ponía nervioso, pero al mismo tiempo le causaba mucho morbo. Me ofrecí a enseñarle y guiarlo.
El me preguntó si quería que nos dirigiéramos a su recamara o lo hacíamos ahí, me acerqué a él a su cara y quise darle un beso, pero me detuvo, lo entendí y de inmediato dirigí mi mano a su bulto. Lo comencé a sobar, no tenía la verga parada pero de verdad se sentía grande, era un gran paquete lo que escondía entre sus piernas, pero también me detuvo, estaba muy serio, por un momento pensé que no se animaría pero me dijo:
-A ver, enséñame primero el culo para ver si es cierto que todo eso te cargas
Me puse de pie y sensualmente, comencé a bajarme poco a poco el pantalón, me puse de espaldas a él que estaba sentado sobre el sofá y me lo baje lentamente el calzón, dejando al aire mi gran trasero redondo
-¡Orale! Está bien, si te la quiero meter, pero necesito que te pongas así de espalda, porque si siento que es un culo de hombre no se me va a parar
Acepté la condición, la sala estaba a media luz, casi oscura, me acomodé en el sillón de manera que quedé de espaldas hacia él, para que lo único que pudiera ver fuera mi culo, lo levanté hacia él ofreciendoselo para que lo tomara en el momento que él quisiera. Inmediatamente después sentí una fuerte nalgada que me dio con todas sus fuerzas, su mano enorme y pesada golpeo en mi nalga, me dolió, pero no dije nada, solo gemí un poco.
Inmediatamente después y sin esperar más, escuché cómo se comenzó a desabrochar el pantalón, giré un poco mi cabeza hacia atrás para verle la verga, pero me ordenó que no lo hiciera, que no me quería ver la cara, se escupió la mano y me embarró el culo, y el resto de saliva se la colocó en la verga, y apunto directamente.
Pude sentir que su verga era muy gruesa y por más que él lo intentaba no entraba, le dije que tena un poco de lubricante en mi maletín que estaba sobre la mesa de centro y se dirigió a tomarlo, aproveché la oportunidad para voltear un poco y fue cuando le pude ver la verga. ¡Wow, qué verga!, eso no era humano, jamás pensé que pudiera haber una verga de ese tamaño, mi culo se apretó sintiendo un poco de miedo, mínimo debía medir 25 cm, y era gruesa, muy gruesa, casi como un brazo. Me asusté mucho, no sabía si mi culo podría soportar pero estaba dispuesto a morir si era necesario por sentir a Hector dentro de mí.
Traté de relajarme, cuando Hector regresó con el pomo de lubricante, se puso bastante en toda la verga y puso en mi culo, nuevamente me dio una fuerte nalgada, tenía muchísima fuerza. Me tomó de la cintura y empujó directo en mi culo, su verga caliente comenzó a abrirse paso, sentí mucho dolor, cerré mis ojos y traté de abrir más mi culo para que pudiera entrar, el seguía descargando sobre mí su fuerza, empujando firmemente haciendo que cada vez entrara un poco más, cuando por fin logró meterme la cabeza, mi culo estaba a reventar de abierto, nunca se había dilatado tanto, mi respiración se agitaba cada vez más del dolor, el placer y el morbo que provocaba esa verga.
Hector seguía en su intento por penetrarme, empujando cada vez más, poco a poco ese enorme trozo de carne comenzó a deslizarse, sentía como se iba abriendo camino rompiendo las paredes de mi ano, cuando me ensarto media verga ya no pudo entrar más, yo gemía de placer y dolor, por más que presionó ya no entró, entonces comenzó un mete y saca, primero lento y cada vez más fuerte, mi culo poco a poco se iba adaptando a su herramienta, tratando de comersela, el ritmo y la fuerza aumentaban, cada vez mas intenso, Hector presionaba con fuerza insistiendo en meter más, hasta que de pronto en un empujón, algo en mi culo tronó y su verga se fue de golpe hasta el fondo. El la dejó hasta adentro, enterrada por completo, mientras yo lancé un gemido desde lo más profundo de mis entrañas.
-Eso puta, puja, trágate la verga
Se refería a mí en femenino, eso me prendía, nunca nadie lo había hecho, Hector comenzó a embestirme con su monstruo de carne, metiendo y sacando, clavándome sus 25 cm hasta el fondo, en cada clavada sentía que me perforaría el intestino, por instinto encorvaba mi espalda, pero el la presionaba fuertemente con su mano hacia abajo para que parara nuevamente el culo
-Aguanta puta, quería verga, aguántese, primero anda de puta caliente ofreciendo el culo ahora coma verga
Sus palabras me excitaban demasiado, a pesar del dolor estaba completamente caliente, entregándome por completo a la vergota de Hector, mi culo estaba lleno, literal a reventar de verga, hasta que de tanto mete y saca se dilato por completo y ya no le costo mas trabajo meterla
Sus embestidas comenzaron a ser muy fuertes y muy profundas, sentía que me faltaba el aire con cada taladrada, metía y sacaba hasta tocar mis inntestinos, hasta que se descontrolo y por completo y sin piedad aumentó el ritmo, no aguanté, supliqué que parara, que lo hiciera mas despacio, lloraba y trataba de zafarme, pero no podia, me apretaba fuertemente de la cintura contra el sofá, de pronto se detuvo y sentí la experiencia más excitante y única de mi vida.
Mi intestino se comenzó a llenar de semen, chorros enormes de mecos calientes inundaban mi interior, era una cantidad enorme, una inyección profunda, sentía las convulsiones de su verga expulsando lo que parecían litros de leche, parecía que orinaba, era la eyaculación más abundante que jamás había sentido, yo parecía una yegua montada por su semental, preñada completamente.
Cuando me la sacó, sentí que mi alma regresaba a mi cuerpo, pero mi culo seguía palpitante por la verguiza que le acababan de dar, podía sentir su verga aun en mí, me quedé un rato más así, inmóvil, Hector se subió el pantalón y dándome la espalda, me dijo:
-Discúlpame pero creo que te tienes que ir
Me sentí la peor de las putas, ni siquiera me pude limpiar un poco, me subí el pantalón y salí a la calle, me costaba trabajo caminar, al hacerlo mi culo expulsaba el aire y los mecos se me salían a chorros escurriendo entre mis piernas, como pude subí a mi auto y me dirigí a mi casa.
A los pocos días, Hector me escribió disculpándose, se había comportado muy mal, pero era porque no quería aceptar que le había gustado, que había disfrutado mi culo.
-Se qué me porté muy mal y fui muy salvaje, pero perdí el control, ahora no puedo dejar de pensar en ti, en tu culo, en ese culo delicioso que me comí, que se comió mi verga entera, nunca lo había hecho, nadie me la había aguantado completa, y menos así cómo te cogí, ojala que algún día podamos repetir, te prometo que esta vez seré menos salvaje
-Sabes Hector, te puede parecer extraño, pero disfrute tu verga como no tienes una idea, cuando tú gustes mi culo está dispuesto para ti
-¿Quieres venir a mi casa?, esta vez será diferente
Me arreglé y me dirigí a su casa y efectivamente todo fue muy distinto. Desde que llegué fue muy amable con migo.
-¿Quieres algo de tomar Rigo?
-No, gracias Hector, estoy bien
-¿Pasamos a mi recamara?
-Sí, está bien
Nos dirigimos a su habitación, era hermosa, con una ventana enorme y una cama king size que se veía deliciosa, yo no sabía qué hacer ni cómo actuar, la vez anterior no tuve oportunidad de hacer nada más que ofrecerle las nalgas y dejar que me cogiera. Ahora en verdad fue distinto
-Quiero experimentar todo Rigo, quiero que me guíes y me digas cómo hacerlo, está vez tú vas a llevar el control
-Eso me agrada Hector, tu déjate llevar, yo me encargo de todo
Lentamente me acerqué a él, me puse de rodillas y comencé a desabrochar su pantalón, ansioso por volver a ver esa verga, ya la había probado mi culo, pero ahora la quería probar con mi boca, sentir su sabor en mis labios, la saqué de su calzón, aún no la tenía parada, pero se veía impactante, pesaba muchísimo. La comencé a besar y a darle pequeños lenguetazos en el glande, el cerró los ojos y su verga poco a poco fue respondiendo a mi boca, cada vez se ponía mas dura y más grande, me costaba trabajo meterla en mi boca, cuando la tubo completamente erecta fue imposible tragármela toda, pero hacía mi mayor esfuerzo metiendo hasta mi garganta un poco más de la mitad de su monstruosa verga.
El comenzó a gemir de placer, moviendo su cintura hacia adelante y hacía atrás, yo sentía que me ahogaba pero quería llevarlo a la cima del placee. El mismo se fue desabotonando la camisa hasta que se la quitó por completo, por primera vez pude ver su abdomen un poco abultado pero delicioso, lleno de vellos chinos y grises al igual que en su pecho. Con sus propias manos comenzó a tocarse los pechos apretandose los pezones, definitivamente lo estaba disfrutando. Después de media hora de estar así, me saqué la verga de la boca y me puse de pie, comencé a desnudarme lentamente, quedándome solo en ropa interior, le tenía preparada una sorpresa, llevaba ropa interior femenina, eso lo prendió muchísimo y de inmediato terminó de desnudarse el también.
Por primera vez pude apreciarlo por completo, de pies a cabeza completamente desnudos, vi la majestuosidad de su cuerpo pero sobre todo de su verga, y no logré entender cómo fue posible que mi culo se tragara semejante monstruo. La tenía completamente erecta, sus 25 cm de placer, gruesa palpitante, húmeda por mi saliva y llena de pelos, dispuesta a romper lo que se le pusiera en el camino. Y sus huevos, qué huevos tan perfectos, enormes, llenos de leche. Pude entender de dónde salieron tantos mecos y por qué su eyaculación había sido tan intensa y abundante.
-¿Quieres experimentar algo bien rico Hector?
-¿Qué?
De mi pantalón saqué una pequeña botella de popers
-¿Qué es eso?
-Se llaman popper, son para que te relajes y te pongas más caliente
Destapé el frasco e inhalé un poco, ofreciendoselo, pensé que lo rechazaría, pero no, a pesar de dudarlo un poco estiró su mano e hizo lo mismo que yo, después de eso, lo tomé de la mano y lo dirigí a la cama, lo empuje sobre ella y cayo acostado boca arriba, yo aún con mi ropa interior puesta me fui metiendo entre sus piernas hasta que nuevamente llegué a su verga, esta vez me dirigí directamente a sus huevos, los metía en mi boca y los mordía suavemente para después recorres con mi lengua su palo desde la base hasta la punta y volver a comérmela sin piedad.
Hector se revolcaba de placer con la mamada que le estaba haciendo, me tomaba del cabello y me clavaba a su ritmo dejándome la verga adentro hasta que ya no podía respirar. Poco a poco me fui subiendo un poco más hasta que quedé montado sobre él y comencé a acariciar su pecho, con miedo a que él me detuviera por estar llegando demasiado lejos, pero no hizo nada, me dejó hacerlo.
De pronto me tomó de la cintura y girándome cambiamos de posición quedando ahora él sobre mi, con su verga entre mis piernas pegando en mi pequeña verga apretada por el calzón.
-Eres una putita deliciosa, ese calzoncito se te ve hermoso en ese culote, ya me lo quiero comer
-Rompemelo Hector, destrozalo, haz con el lo que tu quieras
Se dejó ir directamente a mi cuello, al parecer los popper estaban haciendo efecto, estaba vuelto loco, al sentir sus labios en mi cuello sentí que toqué el cielo, y después lo que menos esperaba pasó, se dejo ir directamente ami boca, besándome salvajemente, como si me quisiera comer, su boca era enorme y devoraba por completo la mía, me apretaba el pecho con sus enormes manos y regresaba a mi boca y a mi cuello mientras que con la otra mano bajaba a mi culo sobándolo.
Me hizo el calzón un poco a un lado y comenzó a meter su dedo, así sin lubricante de ningún tipo, por lo poppers mi culo estaba dilatado y no fue difícil recibir su dedo que a pesar de ser grueso no se comparaba a la verga que me había metido.
Después se retiró un poco y abriéndome de pies completamente levantó mi culo hacia su cara y se lo comenzó a comer, con sus dientes rompió mi calzón, pude ver en su mirada como se estaba transformando, entreganose al placer de nuestros cuerpos. Me metía los dedos a su antojo y después volvía a comérselo, mi culo estaba dilatado y listo para recibirlo. Escupió en la entrada de mi hoyo y acomodó su verga.
Y así sin más empujó, haciendo que se abriera paso entre mis nalgas, entrando sin piedad, un pequeño empujón más y su verga estaba completamente enterrada en mi interior, y ahí comenzó a cogerme a su antojo. Sería yo el que lo llevaría a experimentar, pero no fue así, el tomó el control, cogiéndome sin piedad y a su antojo, dejando caer todo su peso sobre mi, tratando de clavar aún más, haciendo que sintiera que moría.
Me hizo su puta completamente me cogió a su antojo en las posiciones que quiso me vine un par de veces pero el no paraba, no le importaba, de repente tomaba el frasco que estaba en el tocador e inhalaba nuevamente. Hasta que no pudo más
-Ya me voy a venir chiquita, en dónde los quieres, ¿te los hecho otra vez en el culo?
-No, quiero probarlos, quiero comérmelos
-Vente pues
Me la sacó y me pegué como becerro a su vaca, chupando mientras él comenzó a venirse, nuevamente fue una corrida abundante, sus mecos inundaron mi boca, trataba de comérmelos todos, de no desperdiciar una sola gota pero era imposible, se me escurrían por las comisuras de la boca, al tiempo que por mi garganta resbalaban sus mocos espesos, salados y calientes. Cuando terminó lanzó un fuerte grito y cayó desplomado sobre la cama.
-Wow, esto si es coger, dónde estabas eh cabroncito, que me estaba perdiendo de todo esto. 50 años de mi vida desperdiciados, no mames! Uff.
Me dirigí hacia donde él estaba, y me recosté sobre su pecho, nos ganó el cansancio y nos quedamos dormidos. Al día siguiente cuando desperté el ya se estaba bañando, lo esperé a que saliera para despedirme ya que ambos teníamos que trabajar y yo necesitaba irme a mi casa. Me despedí, pero esta vez no hubo romance, todo había vuelto a la normalidad.
De vez en cuando, cuando Hector tiene ganas, me llama o me escribe y si los dos podemos, nos vemos. Sigue siendo un semental, no hay nadie que coja como él.
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