lunes, 15 de julio de 2019

LOS POLICIAS FEDERALES


Nunca me consideré gay o bisexual, siempre había sabido que me gustaban las mujeres, había tenido varias novias incluso, pero la curiosidad por saber que se sentía una verga en el culo aparecía en mi mente de vez en cuando, sin embargo, yo trataba de reprimir ese sentimiento. En una ocasión por cuestiones de trabajo tuve que viajar a otra ciudad. Estando allá, cerca del hotel había una sex shop, me ganó la curiosidad, me metí y comencé a ver todos los artículos que vendían, era algo que no me habría atrevido a hacer en mi ciudad, por el miedo a que alguien me viera entrar. Estando en la tienda comencé a recorrer el área de dildos, parecían realmente penes y había de diferentes tamaños, pensé que quizá comprar uno me ayudaría a quitarme esos pensamientos y saber sin necesidad de estar con un hombre qué era lo que se sentía.

Me animé y compré uno de tamaño no muy grande, ya que le pedí asesoría al chavo de la tienda y este me recomendó que comenzara por uno así para no lastimarme, también me sugirió un producto para hacerme un lavado y que todo fuera más limpio, así como un lubricante.

Ya estando en el hotel, solo, me decidí a probar, me hice el lavado y lubrique el dildo para intentar meterlo, lo hacía suave y lento, pero aun así sentí un fuerte dolor, lo que hizo que desistiera de mi misión. Creo que eso de ser penetrado no es lo mío, me dije, duele demasiado.

Al día siguiente, salí muy tarde del trabajo, ya era de noche, y yo tenía que viajar en carretera de regreso a mi ciudad, en el camino, no me di cuenta que iba un poco excedido de velocidad, situación por la que me alcanzaron unos policías federales y me pidieron que me bajara del auto y que abriera mi cajuela para revisarla. Así lo hice, al final de cuentas no tenía nada que ocultar, el policía que se acercó a mí me pidió que abriera mi maleta, al abrirla, comenzó a revisar entre mi ropa cuando de pronto encontró el dildo, yo estaba viendo hacia otro lado, ni siquiera recordaba que lo traía en la maleta cuando escuché que me decía:

- ¿Es de usted esto joven?
-Ah, no oficial, lo llevo para una amiga
-Para una amiga, a mí se me hace que sí es tuyo, no está ni empacado
-No, lo que pasa es que….
-No te preocupes no pasa nada, si no es delito traer eso, lo que pasa es que no pareces puto

No entendí a qué se refería con eso, en realidad no me consideraba gay, y se podría decir que soy muy varonil, a mis 23 años, ya tenía el cuerpo bien desarrollado, medía 1.75, de barba cerrada completamente negra, me gustaba mucho hacer ejercicio y tenía muy buen cuerpo. El policía que me revisaba también tenía buen cuerpo, media aproximadamente 1.80 se veía como de unos 35 años máximo, brazos firmes y una sonrisa muy simpática, de piel blanca y completamente rasurado, además el uniforme lo hacía verse bastante sexy. Yo estaba serio, muerto de pena por lo que estaba pasando, cuando me dijo:

- ¿Pero a poco no prefieres una verga de verdad? Uno con ganas de meter la verga, pasando semanas lejos de casa y tu metiéndote plásticos. ¿No quieres sentir mejor una verga real, y mucho más grande que esa?
-No oficial, de verdad no es mío, yo no soy gay
-No te hagas pendejo cabrón, ni me quieras ver la cara de pendejo a mí, si te gusta andar de puto metiéndote cosas en el culo, entonces bien que has de aguantar la verga.
-No oficial, de verdad, no es lo que usted piensa
-No te estoy preguntando cabrón, sabes, ahí traigo unos kilos de marihuana que le quitamos a un pendejo hace rato, a mí nada me cuesta con decir que eras tú el que los traía, y mínimo, te pasas unos años en la cárcel, tu sabrás, o aflojas el culo, que bien que te gusta, o te pasas unos añitos encerrado, ándale ven vamos a la patrulla.

Tenía miedo, no entendía que estaba pasando, pero lo que decía el policía era cierto, si él quería me podía inculpar de eso, yo no quería meterme en problemas ni estar encerrado o yéndome a juicio. ¿Qué diría mi familia? Lo mejor era ceder y obedecer, de esta manera me libraría rápido del problema
Llegamos a la patrulla y abrió la puerta de atrás, me pidió que me pasara y después se metió el, cuando entramos le dijo a su compañero que estaba sentado en el asiento del chofer:

-Mira compañero, me voy a chingar un culito, si quieres, ahorita que terminé le das tú también
- ¡Cómo no compañero! Ahorita me lo dejas así ya dilatadito y lo termino yo
Después de eso, el policía se desabrochó el pantalón y se sacó la verga, era una verga gruesa más que el dilo que yo me había tratado de meter sin éxito, y media como unos 18 cm de largo, su verga era blanca al igual que el policía, una vez con la verga afuera me dijo
- ¡Vas cabron chúpala!

Yo sabía que no tenía alternativa, así que comencé a chuparla, era la primera vez que me metía una verga en la boca, su sabor fue raro, pero no desagradable, olía a vega, como la mía, nada nuevo, pero era extraño sentir ese trozo de carne caliente, lo chupé y lo chupé, de la mejor manera que pude, el empujaba mi cabeza hasta abajo haciendo que yo casi me ahorcara, mi boca y mi mandíbula me dolían por lo mucho que la tenía que abrir debido a lo grueso de su verga, luego le dijo a su compañero que le echara aguas y abrió la puerta, se salió y me pidió que me quitara el pantalón y los calzones, intenté suplicar una última vez.

-No por favor no oficial, de verdad se lo pido por favor ¡No!

El otro oficial que estaba adelante me dijo:
-Mira chavo, más vale que aflojes y cooperes, porque si no, te vamos a violar y te va a ir peor, y ahí de ti si después dices algo, porque ya tenemos tus datos y conocemos gente que fácil te desaparece, así que mejor aflójale y no chilles

Traté de tranquilizarme, pero recordaba lo mucho que me había dolido cuando me metí el dildo, que era mucho más delgado y que solo había metido un poco, y eso me asustaba, pero sabía que no tenía opción, así que me bajé el pantalón y los calzones

-Voltéate hacia acá

Me dijo el oficial que estaba afuera de la puerta, me giré en el sillón y él se metió levantando mis piernas.

-Te tomé esto prestado

Me dijo mientas me mostraba el pomo de lubricante que yo traía en mi maleta, se llenó la verga con bastante y puso más entre mis nalgas

-Ahora si cabrón, ahí te va, con las ganas que traía de dar verga, nos caíste como anillo al dedo

Abrió mis piernas, se las puso en los hombros y apuntando su verga en mi culo la empujo sin piedad de un solo golpe, el lubricante hizo que resbalara sin ningún trabajo y de un solo golpe me metió toda la verga, yo sentí un inmenso dolor que hizo que incluso me mareara, y sintiera ganas de vomitar, el culo me punzaba, era un fuerte dolor y trate de zafarme, gritando un ahhhhhhhhhh nooooooooo por favor no duele mucho

-Cállate cabrón, no grites que nadie te va a salvar.

La carretera estaba sola, nosotros estábamos orillados en una parte oscura con las luces apagadas, y los pocos carros que pasaban no se detenían
El seguía como perro metiendo su verga sin parar en mi culo, mientras con su mano tapaba mi boca, el otro policía saco un arma y me la apunto en la cabeza, me dijo:

-Si no te callas te voy a disparar y te vamos a aventar a un barranco, así como estas con los calzones abajo y un palo en el culo para que todos vean que te mataron por puto

No tenía escapatoria, solo cerré mis ojos mientras mis lagrimas salían. El policía me comenzó a violar, metía su verga gorda una y otra vez, yo sentía como si me estuviera haciendo del baño, pero era su verga que entraba sin piedad, metía y sacaba mientras sus manos presionaban mi boca para que no gritara, sus movimientos eran fuertes e intensos, rápidos, y su respiración muy agitada, luego, a pesar del dolor, comencé a sentir placer, me dolía, sí, pero saber que era la verga de un policía, que estaba siendo violado y dominado por otro hombre, en su uniforme, me comenzó a excitar, quizá suena raro pero comencé a disfrutar esa violación, con mi lengua comencé a lamer su mano, que presionaba mi boca. El me dijo:

-No que no puto, si yo sabía que te gustaba, ya lo estas disfrutando verdad
Me quito las manos de la boca y me comenzó a besar mientras su verga seguía limándome el culo
-Ya déjame un rato compañero ya me toca
-Ya voy compañero, ya casi me vengo. ¿Le quieres batir mis mecos para echárselos adentro?
-No hay pedo compañero, tu échaselos adentro, vamos a preñar a esta putita

El policía que me estaba cogiendo comenzó a poner los ojos en blanco, y luego a gemir, yo senti como si se orinara dentro de mí, pero supe que eran sus mecos, sentía como sus chorros me llenaban el culo, su verga explotaba en mi interior. Después de vaciarse me la sacó, y me dijo:

-Así quédate puto que ahí te viene la otra verga

Se pasó para adelante y su compañero salió para ocupar ahora el lugar en la parte trasera. Era más alto y más marcado, tenía mucho mejor cuerpo, además de que él tenía bigote, pude ver como se sacaba la verga, era igual de gruesa, pero mucho más larga, yo levante mis piernas solo, sin que me lo pidieran ofreciéndole mi culo, él se me subió igual que lo había hecho su compañero, con el uniforme puesto, solo bajándose el pantalón y el calzón hasta los pies, y con una mano dirigió su verga a mi culo, el cual se abrió sin ningún problema, aun así pude sentir que era mucho más grande, porque a pesar de que mi culo estaba dilatado, sentía como se llenaba y se abría más con esa vergota, cuando me clavó todo su fierro, de igual manera comenzó los bombeos, el me quitó la playera para chupar y morder mis pezones, sentía su verga más profunda que la anterior, con cada embestida sentía que me rompía por dentro, pero el seguía metiendo y sacando fuertemente, me puso sus manos en mis cuello, pensé que me quería ahorcar, apretaba fuerte, pero no lo suficiente para hacerme daño, era algo que ni en mis sueños pensé que me pasaría, ser cogido en plena carretera por dos policías.

Mi curiosidad por probar verga se había cumplido, y de qué manera, con dos vergas gruesas, reales, de macho. No podía creer como mi culo era capaz de tragarse esos pedazos de carne, pero así era, el policía me metía su verga de más de 20 cm hasta el fondo, no dejaba ni un centímetro afuera, su abdomen pegaba en mi culo, metía y sacaba con fuerza mientras gemía de placer, de pronto comenzó a llenarme de su leche también, tenía los huevos más grandes y al parecer más cargados, porque fueron varios chorros los que me lanzó. Yo tenía el culo lleno de mecos de los dos, mezclados adentro de mi ano, después de que terminó se bajó y me dijo, vístete rápido, así lo hice, me vestí y me dijeron

-Ya caile pues, te puedes ir putita, estás bien rica mami, y cuando quieras verga por aquí andamos en esta carretera, tu sabrás si le pisas a la velocidad otro día.

Me bajé de la patrulla sintiéndome humillado y abusado, pero aun así satisfecho, me subí a mi coche y me dolia al sentarme, me sentía mal, me dolía el estómago y tenía ganas de hacer del baño, sentía como si algo caliente saliera de mi culo, así que en el próximo baño de la autopista, me baje para hacer, cuando me metí al sanitario y me baje el calzón pude ver que este estaba lleno de mecos, al sentarme a tratar de hacer del baño, lo único que salieron fueron mecos, salieron todos, era muchísimo, me escurrían por el culo, eran los mecos de los dos, yo no me había venido, pero eso me éxito mucho, sentir el culo lleno de leche. Tomé un poco de los que estaban en mi calzón y los llevé a mi boca, mientras me masturbaba y recordaba con mi culo aun adolorido la cogida que me acaban de dar, me vine riquísimo, los chorros salían disparados de mi verga y me costaba guardar silencio y no pujar, fue el mejor orgasmo de mi vida.

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