sábado, 13 de julio de 2019

MI VECINO CARLOS


Todo sucedió cuando tenía 13 años y estudiaba la secundaría, lo recuerdo porque ese día traía mi uniforme de educación física, acababa de terminar mi tarea cuando se me antojó algo de la tiendita, fui a la esquina a comprar y cuando salí ahí estaba él, mi vecino Carlos. Vivía a la vuelta de mi casa, era un hombre como de 35 años, muy atractivo, como de 1.80, de piel morena, tenía un cuerpo muy atlético ya que le gustaba mucho jugar básquet ball, de hecho, ese día traía el uniforme de su equipo, una camiseta y un short. Siempre me llamaron la atención los uniformes de básquet porque el short es de una tela muy lisa que hace que se les note el paquete a los hombres. Y ahí estaba él, recargado en su coche tomándose una cerveza.
Yo lo conocía por ser mi vecino, pero realmente nunca nos hablábamos, a mí, me llamaba mucho la atención porque algunos vecinos comentaban que quizá era gay ya que a su edad nunca se había casado, ni le conocían novias, además de que vivía solo. Yo a mi edad nunca había tenido relaciones sexuales, pero de algo estaba seguro, no me gustaban las mujeres. Siempre que me masturba me excitaba pensar en hombres y por alguna razón los hombres mayores eran mi fantasía. Me masturbaba pensando en mis maestros, en mis tíos, y muchas veces incluso con mis vecinos, sobre todo él. Yo era un niño muy tímido y muy inseguro, los niños de la cuadra me molestaban mucho diciéndome cosas como que yo era maricón, era hijo único, así que mis papás me sobreprotegían mucho, era bajito como de 1.70, delgado y de cabello rubio.
Ese día cuando salí de la tienda Carlos me sonrío y yo a él, pero de pronto me hizo una seña con la mano pidiéndome que me acercara.
-Ven Luisito. ¿Cómo estás?
-Bien Carlos, gracias ¿y tú?
-También bien gracias
-Oye, ¿qué vas a hacer al rato? ¿no te gustaría ir a mi casa a ver una peli?
- ¿Una película de qué?
- ¿Nunca has visto una porno? Ahí tengo una que acabo de comprar, si quieres la vemos juntos
Me sorprendió mucho lo que me estaba proponiendo, no me lo esperaba, pero la invitación era muy tentadora, yo ya había visto con mis amigos alguna vez una película, pero el hecho de ir con él me agradaba demasiado. Aún con dudas y algo sorprendido le respondí:
-Pues sí, si me gustaría, pero… ¿a qué hora?
-Si no tienes nada que hacer vamos de una vez, nomás no le digas a nadie para verla tu y yo solos. ¿Si sabes dónde vivo verdad?
-Si claro, aquí a la vuelta.
-Bueno, me voy a ir yendo y ahorita te vas sin que nadie te vea, ahí voy a estar en la puerta esperándote.
Se subió a su carro y se fue, yo fui a mi casa y le dije a mi mamá que iría a casa de un amigo vecino, a terminar una tarea, todo eso lo hice para que no se preocupara si no me veía. Así que con mucha emoción y algo de nervios me dirigí a su casa. Cuando llegué él me estaba esperando en la puerta y volteando hacia los lados para que nadie viera, me pasé rápido. Una vez adentro nos dirigimos a su recamara y me ofreció que me pusiera cómodo, que si quería me quitara los tenis y me acostara en la cama. Lo hice mientras el prendía la televisión y la videocasetera para poner la película. Inmediatamente empezó, como todas esas películas, con una escena de una mujer chupando un gran pene. Se quitó también sus tenis y se recostó en la cama, a un lado mío, no hablábamos, solo veíamos la película, el comenzó a agarrarse la verga y por el short se le podía ver como se le estaba marcando, yo disimuladamente volteaba a verlo, y por supuesto, él eso era lo que quería.
- ¿Ya habías visto una película de estas?
-Sí una vez con mis amigos
-No manches, a mí me ponen bien caliente, ya hasta me dieron ganas de jalármela
Y de pronto se sacó la verga para empezar a jalársela suavemente. Se veía deliciosa, era una verga gruesa, un poco encorvada hacía arriba, como de unos 20 cm, tenía la circuncisión por lo tanto su cabeza estaba completamente expuesta. Yo no dejaba de verla, sorprendido, era la primera vez que le veía la verga a un adulto, además era enorme, pero claramente esa era su intención porque de pronto me dijo:
- ¿Te gusta? ¿No me ayudas a jalármela?
Y tomando una de mis manos la acerco a su verga, yo no hice nada por impedirlo y comencé a jalársela suavemente, me daba pena verlo a la cara, pero podía apreciar como cerraba los ojos y se retorcía de placer. El que yo no le dijera nada lo animó a dar el siguiente paso, me tomó de la cabeza y la acercó a su verga, pidiéndome que se la chupara, yo lo obedecí, comencé a chupar y a chupar. Era la primera vez que lo hacía, pero sabía perfectamente como hacerlo, así que se la chupé por un buen rato. Su plan estaba saliendo a la perfección, parecía que sabía que me gustaba y que me moría de ganas por probar. Luego me retiro y me pidió que me quitara mi ropa.
- ¿Para qué?
- No preguntes, te va a gustar
Mi corazón se aceleró, sentí nervios, pero obedecí. Mientras lo hacía, él también se desvistió, mi verga y su verga estaban completamente erectas, se podían sentir los nervios de los dos, pero más las ganas. Me preguntó que si sabía lo que era un 69 y la verdad es que no lo sabía, así que se acostó sobre la cama y me pidió que me sentara en su pecho, dándole la espalda, y después que me agachara para chupársela nuevamente. Al hacerlo mi culo quedó casi a la altura de su cara, y comenzó a chupármelo. En la tele la película mostraba una escena similar a lo que hacíamos, así que eso me excitó aún más, me sentí la mujer de la película y comencé a imitar la manera en que se la chupaba. Después de un buen rato, me pidió que me bajara y me tumbó sobre la cama para ponerse sobre mí, pego su verga con la mía y comenzó a moverse suavemente, mientras se acercaba a mi boca para besarme. Me estaba volviendo loco de placer y eso apenas comenzaba.
- ¿Te gusta lusito?
-Siii, si me gusta
-Desde hace mucho que tenía ganas de estar así contigo, pero no me animaba a invitarte
- ¿Por qué?
-Porque estás muy joven todavía y me puedo meter en problemas, necesito que me hagas un favor y que no le digas a nadie.
-No te preocupes yo no le voy a decir a nadie
-Oye Luisito y ¿no te animarías a que te la meta?
-No sé, si me gustaría, pero me da miedo
-Ándale, déjame metértela, te la meto despacito, aunque sea la pura puntita si
-Bueno, está bien, pero por favor despacito que la tienes bien grande
Me levanto un poco las piernas, y apuntando su verga hacia mi culo que estaban aún llenos de saliva empujó un poco.
-Ahhh me duele
-Así espérate, no te muevas
Y me dejó la punta de su verga adentró, no se movía, ni yo, solo podía sentir como su corazón latía muy rápido, igual que el mío. Esperó un momento y empujo un poco más y se volvió a quedar quieto, me daba oportunidad a que mi culo se acostumbrara a su verga, podía sentir el calor de su miembro y como se contenía por no meterla más. Yo solo cerraba los ojos, experimentando esa sensación tan nueva para mí, pero que muchas veces en mi imaginación había fantaseado precisamente con él. Después la saco casi por completo para volverla a meter hasta la mitad.
-Ya tienes medio fierro adentro Luisito, que rico estás, te voy a meter lo que falta despacito
Y empujando suavemente me metió el resto de su verga, yo solo exclamaba de placer, me dolía un poco, pero lo estaba haciendo tan suave y con tanto cariño, acariciaba mi cara y cuerpo, mientras sacaba y metía su verga en mi culo.
-Estás bien hermoso, no sabes cómo deseaba esto
-Tú también eres muy guapo, yo también tenía ganas de que me cogieras.
- De haber sabido cabrón desde cuando te habría hecho mío, pero eso no importa, ya te tengo aquí en mis brazos y nadie te va a separar de mí, yo te voy a cuidar y a dar todo lo que quieras, este va a ser nuestro secreto. Te voy a coger un poquito más rápido ¿está bien?
-Si…. está bien
Le dije entre gemidos, y comenzó a meter y sacar su verga cada vez más rápido, realmente no era sexo lo que estábamos haciendo, me estaba haciendo el amor, sus besos eran tan tiernos y sus caricias que me llevaban a la luna. Después me pidió que me pusiera de perrito y poniéndose detrás mío se acomodó para metérmela toda de golpe, esta vez me dolió un poco más quizá por la posición, pero rápidamente me acaricio la espalda para que me relajara y así comenzar a bombearme más y más rápido.
-Ayyyy Luisito que rico, que rico mi amor, que rico culito tienes
-Ahhhhh, mmmmmmm, siiiiiii, asiiiiiiii
 Estuvo un buen rato hasta que me cansé de esa posición y me dejé caer sobre la cama boca abajo. El aprovechó para abrirme las piernas y acostado sobre mí, volvió a meter su verga. Besaba mis oídos y me decía que me amaba. Mi culo estaba muy cansado ya que tenía mucho rato cogiéndome, él lo notó en mi cara así que me dijo… ya me voy a venir.
Dio una embestida tan profunda que exclamé un grito de dolor, ahhhhhhhh grité fuerte, y después una embestida más y otra, con cada embestida podía sentir como de su verga salían chorros de semen caliente llenándome. Una vez que termino se quedó así tumbado sobre mí solo diciéndome gracias, gracias mi bebé, gracias por darme tu culito. Se salió y me volteó boca arriba, me abrió de piernas y se dejó ir a mi verga, la chupaba y la succionaba para después bajar a mi culito, yo estaba que explotaba, solo le acariciaba el cabello mientras mi verga comenzó a estallar, el saboreaba mis mecos, pero no se los comió, se acercó a mi boca y me dio un beso haciendo que me comiera mi propio semen, nos seguimos besando y me dijo que me amaba, que era lo mejor que le había pasado en la vida, yo también sentía que lo amaba, después de eso no podría dejar de amarlo, nos quedamos un rato acostados viendo la tele, ahora otro tipo de película, yo recostado sobre su pecho como una pareja de novios. Después me tuve que retirar, pero nos pusimos de acuerdo en que un día pediría permiso para quedarme en casa de un amigo y me quedaría con él para hacer el amor toda la noche.

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